En México, la piratería deja ganancias superiores a los 43 mil millones de pesos anualmente. La población acepta comprar productos falsificados porque son baratos, sin importar el daño que ocasionan a la economía y sin pensar en las consecuencias que implica el uso de falsificaciones, advierte un reporte.
Datos de la Cámara Americana de Comercio (CAC) señalan que 8 de 10 mexicanos adquiere productos pirata y consume incluso productos alimenticios de procedencia no establecida, como consecuencia de su bajo costo con respecto a los productos con estándares sanitarios.
De esta manera, el mexicano, según este reporte, no establece como un delito el infringir la ley al adquirir falsificaciones, ni alimentos no validados por autoridades sanitarias, sino que se concretan a consumir por la necesidad económica, aun a costa de su propia salud y riesgo de vida.
Esta organización CAC destaca en su reporte que engloba productos y sectores económicos, pero que a detalle se considera que la mayor cantidad de productos piratas que se consumen son equipos y software, discos, relojes, equipos y tecnología, aparatos musicales, además de medicamentos, embutidos, cigarrillos, perfumería y también ropa.
Se especifica que el volumen de mercancías que se introducen al país es muy alto, situación que se establece debido a la demanda que tiene entre la población, fundamentalmente mercancías por contrabando y violación a los derechos fronterizos, muchas veces con el consentimiento de las propias aduanas mexicanas.
Según los comparativos establecidos por país, México es el primer lugar en el continente americano en consumo de productos pirata, cifra que va en aumento debido a que en las más de las ocasiones la situación económica de las familias es pobre o muy pobre, lo que no les permite acceder a productos de marca y fábrica establecida.
El documento establece que el problema es multifactorial, debido a las condiciones de valores de la sociedad mexicana. La situación, según contempla este informe es que los problemas de desigualdad de acentúan y con ello, la tabla de valores se diluye por las condiciones sociales.
–José Cortazar Navarrete