La tardanza en la firma del convenio del segundo paquete de ocho estados para incluirlos en el Plan de Salud Universal que propone el presidente Andrés Manuel López Obrador, mediante el cual, la Federación se hace cargo de todo el proceso para garantizar la atención a todos los mexicanos, ha encontrado muchas complicaciones para aterrizarlo, lo que pone en riesgo su aplicación.
En ese sentido, Manuel Díaz Suárez, presidente de la Comisión de Salud y Seguridad Social del Congreso del Estado, confirmó los rumores que se dejaría de lado ese convenio, que ya firmaron los gobernadores del Sur Sureste de México.
El pasado 14 de diciembre se puso en marcha en Mérida ese Plan Nacional de Salud, que pretendía suplir el Seguro Popular por otro en donde se atendiera a todos los mexicanos.
Sin embargo, desde junio se debió signar el otro bloque, hasta completar las 32 entidades federativas, pero no ha sucedido.
–De entrada déjame decirte que es un proyecto que desde un principio generó muchas dudas y preocupaciones entre la comunidad médica y entre trabajadores y profesionales de la salud—dijo el diputado local Díaz Suárez.
Primero, indicó, porque generar un cambio tan profundo en el sistema de salud, como que la Federación se encargue de todo, presupuesto, trabajadores, injerencia en todos los programas de salud, coordinar todas la áreas de salud, sobre todo tantos programas que tiene que estar al final de cuentas tutelados por el gobierno del estado, implicaba hasta cambios constitucionales o de leyes para poder sustentar esa modificación.
–Era necesaria una reforma a la Ley General del Salud, pues no había ni un respaldo en la ley que garantizara que toda la responsabilidad tendría que pasar a la Federación, sin contar con ello el Presidente hizo el anuncio del programa, lo que fue respaldado por los gobernadores del sureste para apoyar al mandatario federal, pero hasta ahora, en el caso de Yucatán, hasta donde sé, no se ha dado el cambio de los servicios de salud a la Federación—agregó Díaz Suárez.
Ello, recalcó, ha generado incertidumbre, trabas y retraso en toma de decisiones.
En el fondo, señaló el legislador panista, el plan no es malo si su objetivo es acabar con la corrupción en la compra de medicamentos y otros servicios, pero su aterrizaje es el que se complicó, pues la centralización de los servicios de salud rompe con el pacto federal, que conlleva riesgos y retrocesos en el sistema democrático y gobierno federalista.
–Sabemos que el presidente López Obrador es muy firme en sus decisiones y no sé qué tan fácil sea que reconozca que no ha resultado sencillo la aplicación del Plan, tanto así que no se ha firmado el segundo bloque, lo que deja en evidencia que no está avanzando como él lo propuso. Entonces, han surgido los rumores que probablemente ya no se aplique, pero no hay nada oficial—afirmó.
Es un hecho, reconoció Díaz Suárez, que lo que hay que hacer es disminuir el desvío de recursos que hay en materia de salud, ya que allí duele más que en otros lados, pues se juega con la salud de los mexicanos y los más pobres.
Texto y foto: Esteban Cruz Obando
