Todo está listo para el referéndum del fin de semana sobre el matrimonio del mismo sexo en Rumania, donde el proceso ha polarizado a la opinión pública y se ha convertido en una prueba para las tendencias sociales que dividen a los países miembros de la Unión Europea.
Enclavada en Europa oriental con una herencia latina y cristiana ortodoxa, Rumania es una nación conservadora de 19 millones de habitantes que despenalizó las relaciones del mismo sexo en 1996 y cuatro años después, el Parlamento prohibió toda ley contra la homosexualidad.
Cabe mencionar que la Constitución actualmente señala que el matrimonio se da “entre cónyuges”.
Sin embargo, en 2016 organismos religiosos, pro familia y derechistas recabaron más de tres millones de firmas para exigir una enmienda del artículo 48, a fin de establecer explícitamente que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer.
La legislación, asimismo, no reconoce a las parejas que no están casadas.
“La familia está fundada en el matrimonio libre entre un hombre y una mujer, su igualdad y el derecho y la obligación de los padres de asegurar la educación y formación de sus hijos”, afirma la propuesta del referéndum.
En julio, la Corte Europea de Justicia en Luxemburgo se pronunció en torno al caso de una pareja del mismo sexo rumano-estadounidense que deseaba el reconocimiento legal de su matrimonio en Rumania.
El tribunal determinó que los integrantes de la UE “no pueden obstruir la libertad de residencia” de sus ciudadanos, al negarse a garantizar residencia para el cónyuge del mismo sexo.
En este marco, la Corte Constitucional rumana falló el 27 de septiembre que las parejas gay tienen el mismo derecho a llevar una vida familiar y privada que las heterosexuales, y deben “beneficiarse del reconocimiento legal y jurídico de sus garantías y obligaciones”.
Theodora Ion-Rotaru, portavoz del grupo pro derechos gay Accept, resaltó que el fallo fue “extremadamente importante”.
Indica, añadió Ion-Rotaru, que las parejas del mismo sexo deben tener los mismos derechos que las heterosexuales: “la Corte aseguró que una familia del mismo sexo vale tanto como una heterosexual”.
La votación del sábado y el domingo sobre el tema “no va contra las minorías sexuales, como algunos especulan. Es el resultado de una petición ciudadana”, declaró, por su parte, Viorica Dancila, la primera ministra socialdemócrata rumana.
Dancila también criticó a los partidos de oposición de centro derecha y las organizaciones no gubernamentales que llaman a boicotear el proceso.
Al enfrentar el riesgo de una baja participación—un mínimo de 30% de los electores empadronados (5.6 millones) se requiere para que el referendo sea declarado válido—, el gobierno decidió ampliar por dos días la consulta popular.
Apoyo rural
De acuerdo con observadores, el Partido Socialdemócrata (PSD) de Dancila promueve el referéndum en un esfuerzo por retener el apoyo del electorado, especialmente en las áreas rurales, tras una serie de escándalos—la premier calificó como “autistas” a los legisladores que “desinforman a la UE” respecto al cambios de las leyes sobre justicia, por ejemplo—, y de una controvertida reforma al propio sistema.
Elegida en enero, la ex parlamentaria europea Dancila es la primera mujer que ejerce como primera ministra de Rumania, pero también es la tercera jefa de gobierno en un año, lo que refleja la reciente inestabilidad que atraviesa el país.
En Bucarest, la capital, los opositores sostienen que el verdadero poder detrás de Dancila es el líder del partido y titular de la Cámara de Diputados, Liviu Dragnea, quien ha chocado repetidamente con el presidente Klaus Iohannis y trata de establecer un régimen personalista autoritario, similar a los de Viktor Orbán en Hungría y de Recep Tayyip Erdogan en Turquía.
En julio, Dragnea y Dancila lograron remover a la fiscal en jefe Laura Codruta Kovesi, quien había sido decisiva en los últimos años al frente del Directorio Nacional Anticorrupción (DNA) y disfrutaba del respaldo de Bruselas y Estados Unidos, si bien un cable de WikiLeaks reveló que en 2006 el entonces director de la FBI, Robert Mueller—ahora a cargo de la investigación acerca de la presunta interferencia rusa en las elecciones de EU—la instó a intensificar el espionaje telefónico.
Alguna vez un “barón local” que comenzó su carrera en la región sureña de Muntenia (Valaquia), Dragnea fue sujeto a tres averiguaciones penales por la DNA y según la prensa brasileña, ha estado involucrado en el lavado de dinero en el país sudamericano.
La efervescencia se ha elevado en vísperas del referéndum y Daniel, el patriarca rumano ortodoxo, lo consideró “un acto patriótico y profundamente democrático”, mientras que la cadena nacional TVR1 se disculpó luego de que un camarógrafo interrumpió con “lenguaje inapropiado” el debate en vivo entre un vocero a favor del referéndum y un activista gay.
Amnistía Internacional, la ONG Comisión Europea sobre Leyes de Orientación Sexual y la Liga Internacional de Asociaciones Gay enfatizaron que el eventual cambio constitucional alentará la discriminación y la homofobia.
En contraste con 11 socios europeos occidentales (Bélgica, Dinamarca, Francia, Finlandia, Irlanda, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, España, Suecia y Reino Unido), Rumania, Polonia, Eslovaquia, Bulgaria,
Lituania y Letonia no reconocen el matrimonio del mismo sexo u ofrecen protección legal a las parejas del mismo sexo.
Otros países miembros de la UE han aprobado las uniones civiles o derechos similares a los del matrimonio, sin ese nombre.