La señora padece el síndrome de Arnold Chiari, lo que le ha ocasionado varias gastos, entre medicinas y operaciones
Debido a los gastos que realiza, ya que padece el síndrome de Arnold Chiari, Paloma García Góngora pide el apoyo de las autoridades para que le den un pie de casa y una despensa, ya que sus medicinas son caras y se le dificulta pagar la renta.
El síndrome le ha ocasionado la pérdida de audición, ya no tiene un tímpano y suele perder el equilibrio. Le pospusieron una sexta operación, pues tiene una anemia severa.
La angustiada mujer, de 49 años de edad, vive en el fraccionamiento Bicentenario. Su esposo es un ayudante de pintor y mensualmente tiene que pagar una renta de 1,800 pesos.
Explicó que le detectaron la enfermedad hace 9 años y en los últimos años los dolores son intensos, por lo que tiene que utilizar unas gotas que cuestan 2,800 pesos.
El síndrome es una malformación rara y congénita del sistema nervioso central, que consiste en un descenso del cerebelo introduciéndose este en el canal medular. Está localizada en la fosa posterior o base del cerebro y pertenece al grupo de las malformaciones craneocervicales o alteraciones de la charnela.
Una de las situaciones más traumáticas de los afectados por esta enfermedad aparece cuando muestran inestabilidad en la charnela y deben ser intervenidos quirúrgicamente para fijarles toda la articulación del cuello, por lo que deben llevar durante un año un halo en la cabeza. Esta situación provoca estados de angustia en los pacientes, ya que por el desconocimiento de la sociedad sobre su enfermedad se sienten observados.
García Góngora indicó que afortunadamente su hijo la tiene asegurada y esto le permite consultar al IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social), pero tiene que conseguir medicinas por su cuenta.
“Como son unas gotas que me alivian el dolor, no me puedo quedar sin éstas”, apuntó.
Dijo que la iban a operar, pero el otorrinolaringólogo optó por posponer la cirugía debido a que tiene una anemia severa y esto podría hasta causarle un cáncer.
“Hace unos años le hicieron una cirugía en las cervicales para que pueda tener una mejor oxigenación, el problema es que se trata de las cervicales que le da la movilidad a todo”, agregó.
Explicó que en ocasiones se altera de los nervios y en marzo pasado tuvo una crisis, que terminó desmayada y estuvo 15 días hospitalizada inconsciente.
“Hasta en el hospital Psiquiátrico paré, sentí mucho temor, lo que pasó es que me estaban pasando cosas raras y me dio mucho temor”, recalcó.
Antes de la pandemia estuvo yendo a la Clínica del Dolor, donde le realizaron electroterapia y quedó pendiente una tomografía, pero ya con el covid-19 lo dejó de llevar a cabo.
Por las caídas que tiene trata de salir poco.
“Es un fraccionamiento que no tiene supermercado y pocas tiendas que venden caro así que hay que ir hasta el fraccionamiento Piedra de Agua, pero tengo que ir en mototaxi, es mucho gasto”, aseguró.
Recordó que su esposo Juan Castillo Valenzuela hace unos años adquirió una casa a través de un traspaso, pero lo realizó con una persona influyente que terminó perdiendo la propiedad, que estaba ubicada en el fraccionamiento Juan Pablo II.
Está desesperada porque en ocasiones llega el día del pago de la renta y no tienen, y espera que la puedan ayudar con un pie de casa.
“En (fraccionamiento) Juan Pablo (II) hay muchas casas desocupadas, a veces digo: ¿cómo no me dan una? Hasta tendría cerca el hospital, ya que tengo que ir a sus consultas constantemente”, finalizó.
Para mayor información pueden hablar al 9997 48 53 69.
Texto: Darwin Ail
Fotos: Cortesía