La introducción del cítrico proveniente de entidades como Veracruz y Tamaulipas ha generado este fenómeno, que afecta a productores del estado
OXKUTZCAB.- La producción de naranja dulce en las unidades agrícolas del sur del estado ha disminuido drásticamente y ha sido superada por el aumento de superficie plantada de limón persa sin semilla.
A Oxkutzcab se le conoció como la ciudad de las naranjas, sin embargo, ahora la producción de este cítrico ya no se da como en las épocas de bonanza, en los años 80 y 90.
A inicios del año 2000 la superficie sembrada de limón persa empezó a aumentar y varias unidades agrícolas se avocaron al proyecto de sembrar ese cítrico debido al aumento sustancial de su precio de compra.
En la actualidad, la naranja dulce que predomina en la entidad es la conocida como valenciana tardía, una variedad que se puede cosechar casi todo el año.
La otra variedad de naranja dulce, que aún hay en las unidades agrícolas del sur del estado, es la conocida como valenciana temprana, esta fue sembrada en mayor parte en el proyecto agrícola Plan Chac.
Esta variedad ha disminuido y es de una sola cosecha al año en contraposición con la naranja valenciana tardía.
El precio actual de la caja de 18 kg de la naranja dulce en el mercado de la plaza de Oxkutzcab está en $220.00.
Su precio debería ser mayor debido a la escasez de ese producto a nivel local; sin embargo, la introducción de la naranja dulce de los estados de Tamaulipas y de Veracruz han ocasionado que el precio se estanque. En las plazas de Tamaulipas y Veracruz el precio de la caja es de aproximadamente $100.00 a $120.00.
A los introductores les reditúa a pesar de la distancia que tienen que recorrer y del pago de flete, pues con el precio que se paga en el mercado de la plaza de Oxkutzcab obtienen ganancias.
La naranja que se trae de dichos estados se descarga en lugares particulares, uno ubicado cerca de la central de abastos de Oxkutzcab y otro en la comisaría de Yotholín, perteneciente al municipio de Ticul, y de allá se distribuyen en camionetas hacia las personas encargadas de revenderlos en los mercados de la plaza de Oxkutzcab.
Texto y fotos: Bernardino Paz Celis