El fenómeno de La Niña, asociado normalmente a un clima más frío de lo habitual a nivel global, se prolongará probablemente hasta el fin del invierno en el hemisferio norte (fin del verano en el hemisferio sur), destacó hoy la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
De confirmarse las predicciones, sería el primer fenómeno de La Niña en este siglo que dure tres años, y el tercero desde 1950, indicó la agencia de Naciones Unidas en un comunicado, donde recordó que este evento climático podría contribuir a sequías más prolongadas en unas partes del planeta e inundaciones en otras.
El actual fenómeno de La Niña, “excepcionalmente pertinaz y prolongado”, según la OMM, tiene según los modelos de los expertos un 75% de posibilidades de seguir dominando el clima hasta febrero del próximo año y un 60 % de continuar hasta marzo.
La Niña va asociada a un enfriamiento a gran escala de las temperaturas en la superficie del Océano Pacífico central y oriental,
lo que unido a cambios en la circulación atmosférica tropical suele causar cambios opuestos en el clima a El Niño, una fase más cálida.
Efectos del cambio climático
La OMM recuerda que si bien se trata de fenómenos naturales, éstos se producen en un contexto de cambio climático causado por la acción humana que está aumentando las temperaturas globales y produciendo más fenómenos climáticos extremos.
Incluso en un momento teóricamente asociado a un enfriamiento del clima como el actual por la influencia de La Niña, “ésta tiene un impacto limitado y temporal en las temperaturas mundiales”, destacó el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, quien recordó que 2021 y 2022 fueron más cálidos que cualquier año anterior a 2015.
“Los últimos ocho años han sido los más cálidos desde que se tienen registros, y el ascenso en el nivel del mar y el calentamiento de los océanos se ha acelerado”, añadió el experto finlandés.
La Niña ha influido en un tiempo más seco de lo habitual en regiones como Patagonia, el suroeste de Norteamérica o el este de África, donde la sequía amenaza con causar grandes hambrunas en países como Somalia, que encadena cinco estaciones de malas cose- chas a causa de la falta de lluvias.
Por contra, La Niña ha causado un tiempo más húmedo de lo habitual en África del Sur, el norte de Suramérica, o el sur de Asia, donde Pakistán sufrió graves inundaciones los pasados meses de julio y agosto.
Ayuda humanitaria
Hasta 339 millones de personas requerirán ayuda humanitaria el próximo año, un 19.1 % más que en 2022, según el programa de asistencia global presentado este jueves para 2023 por la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.
Naciones Unidas prevé poder asistir al menos a 230 millones de esas personas en 68 países diferentes, para lo que pedirá una financiación de 51,500 millones de dólares, la cantidad más alta solicitada por su oficina de coordinación
humanitaria en toda su historia. Solamente en Ucrania el pro- grama calcula que más de 17 millones y medio de personas necesitarán acceso a este tipo de ayuda, lo que requerirá un desembolso de 3,900 millones de dólares.
La financiación global requerida será la más elevada jamás prevista por los programas anuales de la oficina de Naciones Unidas y se incrementará un 25% respecto a la prevista inicialmente para 2022.
La ONU prevé que en el marco de una crisis de precios de bienes básicos la seguridad alimentaria afecte a 222 millones de personas en 53 países, con 45 millones de personas en riesgo de hambruna para 2023.
Además, la presión sanitaria crecerá con el aumento de casos de enfermedades infecciosas como la covid-19, la mpox -anteriormente conocida como viruela del mono-, el ébola o el cólera.
Naciones Unidas destaca además el impacto que tendrán las crisis humanitarias derivadas de las catástrofes climáticas.
En 2022, las organizaciones humanitarias han asistido a 157 millones de personas, incluyendo ayuda alimentaria para 127 millones, agua potable para 26 millones, asistencia psicológica para 13 millones de niños, apoyo a 5.2 millones de madres y a 5.8 millones de refugiados o solicitantes de asilo.
“La población que necesita ayuda humanitaria es equivalente a la del tercer país más poblado del mundo”, destacó durante la presentación del plan anual el secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, Martin Griffiths.
Griffiths reconoció que la situación de crisis humanitaria que atraviesan diferentes países en todo el mundo “se acelerará” en 2023 y pronosticó que la tendencia al alza de esta cifra persistirá en los próximos años, a no ser que las organizaciones humanitarias encuentren nuevos socios y nuevas formas de financiación.
Para el secretario general adjunto, es necesario que los fondos para la ayuda humanitaria se empleen en operaciones que prevengan posibles causas humanitarias derivadas de distintas situaciones y, para ello, es fundamental el diálogo de las organizaciones con los líderes de las comunidades.
Texto y foto: EFE