Prepara un botiquín para tu viaje

Para dejarlo listo se deben tener en cuenta las zonas que se van a visitar, los medios de transporte que se emplearán en los desplazamientos, las características de las personas que viajan y el tiempo que se pasará fuera de casa

Los medicamentos más comunes que debe incluir el botiquín del viajero son: analgésicos, antiinflamatorios, protectores estomacales, antihelmínticos, antitérmicos, antidiarreicos y antimareos. En la farmacia hay disponibles sueros orales que resultan muy prácticos para evitar la deshidratación en personas afectadas por diarreas.

Es muy común sufrir la picadura de insectos, por lo que es conveniente llevar repelente de insectos (probando primero que no nos provoque alergia), y contar con antihistamínicos o corticoides para aliviar las picaduras que no se puedan evitar.

En la farmacia puedes adquirir pastillas para purificar el agua, pero no olvides que no eliminan todos los microbios.

Las personas que siguen algún tratamiento crónico (diabéticos, hipertensos, personas con patologías cardiacas…) deben comprobar que llevan suficientes fármacos, porque podrían tener dificultades para conseguirlos en el país de destino.

Aunque no se padezca ninguna enfermedad crónica, debemos tener en cuenta las afecciones a las que somos propensos, como pueden ser el estreñimiento, las cefaleas, las molestias menstruales, los gases, la acidez de estómago… e incluir entonces los remedios que habitualmente utilicemos para combatir estos problemas.

Los productos de protección solar son imprescindibles aunque no se tenga pensado “tomar el sol”. Deben tener un factor de protección alto y aplicarse siempre antes de salir al exterior.

Los ojos también son más vulnerables en verano, a causa de la mayor exposición a las radiaciones solares y el baño en piscinas públicas, entre otros motivos. Para aliviar el enrojecimiento y el picor podemos añadir al botiquín los colirios que nos recomiende el médico o farmacéutico.

Puedes llevar también suero fisiológico, que es inocuo, y te servirá para hidratar tanto los ojos como las vías respiratorias, que también se resecan más con el calor.

Otra opción es incluir productos específicos para el cuidado de los pies, como parches para evitar o aliviar las ampollas o los callos, crema para hidratarlos…

No olvides el termómetro, sobre todo si viajas con niños.

LARGA DISTANCIA. Cuando se planea realizar un viaje de larga distancia, que implica pasar unas cuantas horas a bordo de un avión, es importante elegir una indumentaria adecuada, amplia y cómoda, que facilitará el descanso y la digestión de las comidas que se realicen durante el trayecto. Hay que tener en cuenta, sobre todo si se van a hacer escalas, que pueden surgir contratiempos, como retrasos en los vuelos, que obliguen a permanecer más tiempo del previsto en el aeropuerto, por lo que vestir ropa y calzado cómodos resulta imprescindible.

Además, la ropa holgada también reduce la posibilidad de sufrir el conocido “síndrome de la clase turista” que, aunque es cada vez menos frecuente –la incidencia no llega al uno por ciento–, gracias sobre todo al mejor conocimiento del problema, puede tener graves consecuencias para la salud.

El trastorno consiste en la aparición de trombosis venosas a causa de la inmovilidad de los miembros inferiores y el descenso de la presión durante el vuelo, aunque también puede ocurrir en cualquier medio de transporte que implique pasar muchas horas sentado sin moverse. Estas trombosis pueden pasar desapercibidas y ocasionar desde leves molestias, como edema, hormigueo y entumecimiento, hasta problemas cardiovasculares y edema pulmonar.

Los expertos recomiendan que todas las personas que presenten factores de riesgo, tanto los relacionados con problemas circulatorios, como las varices o trastornos de coagulación de la sangre, como aquellos asociados a obesidad o embarazo, consulten con un especialista antes de viajar. Durante el viaje, es conveniente levantarse del asiento y caminar cada una o dos horas, y hacer círculos con el tobillo y flexiones de pies cada 15 minutos.

La higiene y la prudencia son nuestras mejores aliadas para mantener la salud durante la estancia en nuestro destino vacacional. La diarrea del viajero es una de las afecciones más frecuentes cuando se visitan otros países. -Foto: Cortesía

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