Preservar la memoria histórica, tan importante como el acto de bañarse

Académicos de la Uady participan en un evento en el que comparten diferentes ópticas sobre la matanza de 1968 en Tlatelolco, y enfatizan la relevancia de recordar el suceso para que no se repita en el país

A 50 años de distancia, prevalece la falta de conciencia social y la memoria histórica en torno a los lamentables hechos ocurridos el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco.

-Hay que recordarlo cada año, para que nunca más haya matanzas en Yucatán, ni en ninguna parte de México -dijo el historiador de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), Cristóbal León Campos, quien denunció el intento del partido Morena de manipular y adueñarse del movimiento universitario al tratar de reivindicarse como su heredero, como finalmente lo hicieron en una marcha que se realizó en el centro de la ciudad, donde se abordaron muchos temas adicionales al original.

También criticó que sigan existiendo porros que pretenden manipular las elecciones en la Uady, y que las federaciones estudiantiles respondan a intereses de partidos políticos como es el caso de la Nueva Federación, que, afirmó, fue creada por el PAN y el fallecido Benito Rosel.

Ante esta situación, Léon Campos hizo un llamado a los estudiantes para que al participar en las sociedades de alumnos no piensen sólo en fiestas, borracheras y despilfarros.

–Hay que preocuparse por estudiar la historia, analizarla y confrontarla con la realidad, hay que generar conciencia para transformar a la sociedad -recalcó durante su participación en la Semana Acedémica, Cultural y Deportiva de la Facultad de Economía, marco en el que se llevaron a cabo mesas panel donde investigadores, docentes y estudiantes rememoraron desde diferentes ópticas la matanza de 1968.

Antes, el maestro Manuel Jesús Santos Zertuche consideró que a pesar de que ya pasaron cinco décadas, aún no se ha hecho justicia y se sigue pidiendo, los que lo vivimos, seguimos recordándolo.

-Esperamos que con estos eventos logremos despertar en los jóvenes ese espíritu de curiosidad y que luego ellos indaguen -dijo el investigador quien llegó a la entidad en 1980 e instaló la Librería Santa Lucía.

-Hay que tener presente esta fecha, pues es tan importante preservar la memoria histórica como lo es el bañarse -subrayó.

Por su parte la académica de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Uady, Silvia Hernández Betancourt, presentó un recuento cronológico de los sucesos violentos que ocurrieron antes del fatídico 2 de octubre, iniciando el 22 de julio con un pleito en la Ciudadela entre estudiantes de preparatorias pertenecientes al Politécnico y a la Unam, lo que dio pie a la intervención de granaderos.

Explicó que los hechos fueron repudiados en una manifestación celebrada el día 26, que coincidió con una marcha que conmemoraba un aniversario de la Revolución Cubana. Ambas fueron disueltas; dos días después el Ejército irrumpió en la preparatoria de San Idelfonso, rompiendo la autonomía universitaria, lo que agravó el conflicto con un paro escolar, por lo que las marchas comenzaron a realizarse con más frecuencia previo a la celebración de las Olimpiadas.

En su amena intervención, a la que sumó la proyección de varias fotografías de la época en la que inclusive aparece ella a la edad de 20 años, junto a quien luego fue su esposo y uno de sus cuñados, la ponente fue señalando a personajes que formaron parte importante del movimiento, como Heberto Castillo, quien después de ser golpeado en un mitin se convirtió en uno de los más importantes líderes del movimiento junto con otros docentes.

Texto y foto: Manuel Pool

 

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