BRASILIA.- El presidente del Senado de Brasil se negó ayer a aceptar una orden del Supremo Tribunal Federal (STF) que le aparta de su cargo, empujando al país a una crisis constitucional mientras lucha por poner fin al estancamiento político y una recesión económica.
Un juez del máximo tribunal ordenó el lunes la remoción de Renan Calheiros, quien fue imputado la semana pasada por malversación de fondos, profundizando el conflicto entre el poder judicial y el legislativo por el procesamiento de políticos corruptos.
No obstante, tras una reunión de tres horas, los líderes del Senado brasileño publicaron una carta en la que se negaban a aprobar la destitución de Calheiros hasta que el pleno del tribunal supremo adopte una decisión sobre el asunto el miércoles. A la salida de la reunión, Calheiros dijo a los periodistas que seguirá en el puesto y criticó el intento de cesarlo solo nueve días antes de que acabe su mandato.
– Excélsior