René Emir Buenfil Viera
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Cuando una pareja se separa y hay hijos (as) de por medio, y hay voluntad de ambas partes y ambas familias de compartir la crianza, pero empiezan los problemas para ver o no ver a las niñas y niños, hay discusiones sobre la hora de llegada o de salida, o si se ha pasado dinero para tal compra o gasto, o si es conveniente para una u otra persona que los (as) hijos (as) se vayan con papá o regresen con mamá, suelen suceder cosas tales como:
Se quiere evitar llegar a los juzgados familiares, y empiezan a pasar muchas situaciones sobre los arreglos y acuerdos de crianza que cuando resultan problemáticos no hay ningún antecedente legal de por medio, se cree que es algo malo llegar delante de un juez o jueza a que decida, y aunque yo como persona en general tenga una postura crítica ante nuestro burocrático sistema de justicia, creo que al mal paso darle prisa y cuando los acuerdos suceden al margen de la ley se prestan a dimes y diretes, malas interpretaciones, manipulación y chantaje, y sobre todo, y lo peor de esto, que las niñas y niños se vuelven moneda de cambio para cobrar venganzas, rencores y hacer daño a la expareja, y no les importa llevarse a sus hijos (as) entre las patas, pues son quienes terminan sufriendo las consecuencias negativas de estas peleas de adultos (as). Yo sé que no es lo que quieren escuchar pero yo abogo por iniciar el proceso legal lo antes posible, que aún así hay mamás y papás que no lo cumplen, así que, mejor que queden los acuerdos ante un juez lo antes posible.
Muchas mamás por evitar pelear simplemente le dicen al papá que ya no le van a pedir dinero pero que les deje en paz a ella y a sus hijos (as), claro que muchos hombres irresponsables le toman la palabra y la ven como una salida fácil y barata, pero también está la opinión y los sentimientos y puntos de vista de las niñas y niños y si quisieran seguir su relación con su papá: muchas veces mi consejo para las mamás, aunque un tanto duro, es que deberían de dejar que sus hijos (as) se desilusiones solitos (as) de su papá, y que entiendan que no cuentan con él, y digo esto porque muchas mamás impiden que sus hijos (as) vean o se den cuenta de la clase de papá que tienen y están cubriendo sus faltas, desprecios o violencias, con tal de que sus hijos (as) no sufran, pero se quedan con una imagen de su papá que no es real.
Incluso muchos papás de repente quieren regresar a la vida de sus hijos (as), o con tal de molestar a la expareja no quieren que viajen o salgan del país, pueden sentirse molestos por las nuevas parejas, hay muchas maneras en que un papá puede reaparecer a la vida de sus hijos (as) como si nada, sobre todo si legalmente todavía tiene la patria potestad.
Sea lo que decidan, sé que muchas veces es difícil procurar el bienestar de las niñas y niños y poner eso en primer lugar, y más si no terminaron bien su relación y todavía hay enojo, impotencia o malos deseos, pero sus miedos como mamás o papás los podemos trabajar en terapia, sus creencias que les pueden estar limitando en el ejercicio responsable y respetuoso de la crianza pueden cambiar con el trabajo psicológico, y como me dijo un papá en terapia: si yo sé que están mejor sin mí, para qué me meto.
