Everardo Flores Gómez
contacto@cicloturixes.org
www.cicloturixes.org
Nadie que circule cotidianamente por las calles de Mérida podrá dejar de advertir el considerable aumento del tráfico en los últimos años. Cada año aumenta el número de zonas de la ciudad donde avanzar un par de kilómetros en automóvil o transporte público puede demorar más de 20 minutos, especialmente en las horas pico.
Todos recordamos lo vacías que se veían las calles durante la pandemia no sólo por las restricciones a la movilidad sino especialmente porque los alumnos de todos los niveles no asistían a clases presenciales. Algo similar ocurre en estos días de vacaciones, la ciudad puede recorrerse de manera fluida en cualquier clase de vehículo.
Un estudio realizado por el Centro Mario Molina informó que en la Zona Metropolitana de Guadalajara se calcula que de los 10 millones de viajes que se realizan diariamente, 20% corresponde a traslados a la escuela y de éstos el 17% se realiza en vehículos particulares.
No obstante que la Zona Metropolitana de Guadalajara tiene una población al menos unas cinco veces mayor que la Zona Metropolitana de Mérida este dato del Centro Mario Molina nos permite tener una idea de la proporción de vehículos particulares que circulan todos los días para llevar y traer alumnos de todos los niveles a sus escuelas, incluidos los estudiantes universitarios que utilizan vehículo particular para trasladarse a sus centros de estudio.
Una alternativa para reducir el tráfico que se ha implementado en otras ciudades del mundo es la promoción del transporte escolar, algo que ya va siendo hora que se implemente en Mérida.
La implementación de transporte escolar para escuelas públicas y privadas, previo estudio de la manera en que se realizan los viajes escolares en cada zona de la ciudad sería de beneficio tanto para los padres de familia, sus hijos y para toda la comunidad, ya que se reducirá la cantidad de automóviles que transitan alrededor de las escuelas y será más eficiente y seguro para quienes utilizan el transporte público.
Un esquema generalizado de uso de transporte escolar en las escuelas de la Zona Metropolitana de Mérida no sólo reduciría el número de vehículos en los alrededores de las escuelas en horas pico, sino que reduciría los agentes contaminantes en el aire y permitiría que los alumnos llegaran a tiempo y cómodamente al igual que sus padres a sus trabajos, ahorrando gasto en combustible y beneficiando el rendimiento tanto de los alumnos como de sus padres.
Promover el transporte estudiantil para aquellos padres que lo necesiten sería otra forma de alentar la movilidad sostenible permitiendo además planificar rutas escolares eficientes, para que haya más alternativas al automóvil privado y al transporte público de acuerdo con las necesidades de cada escuela permitiendo adicionalmente que los estudiantes lleguen y se vayan de las escuelas, de maneras más seguras y controladas.
El transporte escolar puede beneficiar igualmente a los alumnos de nivel superior cuyas universidades se encuentran en zonas lejanas con acceso deficiente del transporte público como es el caso de no pocos campus universitarios en Mérida.
Todo lo anterior sin menoscabo de la fuerte promoción de otras alternativas sostenibles para llegar a la escuela como hacerlo a pie o en bicicleta que aplica sólo para quienes viven a menos de tres kilómetros de la escuela. Así sea.