La entidad peninsular ocupa el puesto 22 a nivel nacional en embarazos de adolescentes de 15 a 19 años, y el lugar 17 en embarazos en niñas entre 10 y 14 años
En embarazos en adolescentes de 15 a 19 años, Yucatán ocupa el puesto 22 a nivel nacional, con una Tasa Específica de Fecundidad (TEF) de 42.57 nacimientos por cada mil adolescentes, y el puesto número 17 a nivel nacional en embarazos en niñas entre 10 y 14 años, con una TEF de 1.03 nacimientos por cada mil mujeres, lo que lo sitúa ligeramente por encima de la media nacional, declaró el director del Consejo Estatal de Población (Coespo), Tonatiuh Villanueva Caltempa.
Al responder sobre el panorama de Yucatán en embarazo en adolescentes, donde México ocupa el primer lugar a nivel mundial en dicho rubro entre las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, indicó que el panorama que se contempla es que para el 2030 se reduzcan a cero los nacimientos de niñas entre 10 a 14 años; mientras que se espera reducir en un 50 por ciento la TEF en adolescentes de 15 a 19 años.
Para lograr estas metas se está trabajando, desde Coespo, con el Programa Integral Protégete y la Coordinación de Información Estadística, impartiendo pláticas, talleres, conversatorios y eventos de prevención del embarazo infantil y adolescentes en los diferentes municipios que comprende el Estado de Yucatán.
Los cinco principales municipios en el estado que registran mayores TEF en el grupo de edad de 10 a 14 años son: Quintana Roo (22.73), Dzoncauich (15.15), Yobaín (11.76), Muxupip (10.20) y Chocholá (9.71).
Los cinco principales municipios de Yucatán que registran mayores TEF en el grupo de edad de 15 a 19 años son: Tahdziú (121), Mayapán (119.4), Yobaín (111.1) Celestún (108.3) y Tekal de Venegas (108.1).
Para el 2020, a nivel nacional la Tasa Específica de Fecundidad (TEF) en niñas de 10 a 14 años fue de 0.93 nacimientos por cada mil niñas, mientras que la TEF en adolescentes de 15 a 19 años fue de 43.3 nacimientos por cada mil adolescentes.
Villanueva Caltempa señaló que entre los principales factores de este problema son la influencia de los medios masivos de comunicación, la poca educación sexual en familia, escuela y sociedad, aunado a la existencia hasta el día de hoy de tabús entorno a la sexualidad.
Los expertos insisten en el papel fundamental que la educación sexual temprana juega en la prevención de los embarazos en adolescentes y en el control de las enfermedades de transmisión sexual en ese rango de edad.
La educación sexual temprana y coherente, afirman, es la mejor prevención pues contribuye decisivamente a la hora de eliminar mitos, prejuicios y estereotipos entorno a que deben o no hacer.
Fomentar y favorecer la comunicación entre padres e hijos es muy eficaz para que los pequeños tengan la libertad de preguntar sobre esta temática. Es mejor tener una conversación a tiempo, que tener que hacer frente a consecuencias no deseadas por falta de información.
Datos de la ONG Save the Children confirmaron que cada año nacen en el mundo 13 millones de niños y niñas de mujeres menores de 20 años: un 90 % (11.7 millones) en los países en vías de desarrollo y un 10% en los países desarrollados (1.3 millones).
Sobre que el 23 por ciento de los adolescentes inician su vida sexual entre los 12 y 19 años y en Yucatán es más o menos similar a esta estadística, Tonatiuh Villanueva comentó que según el Consejo Nacional de Población, a nivel nacional la vida sexual inicia a los 15.5 años, mientras que el Instituto Nacional de Perinatología indica que es de 14.6 años a nivel nacional.
“La estadística nos muestra que en Yucatán la edad media de inicio de la vida sexual es diferente a la nacional, con 17.8 años aproximadamente”, sostuvo.
Recalcó que los embarazos juveniles pueden desarrollar enfermedades como preclampsia, el embarazo te predispone a múltiples desórdenes metabólicos como la obesidad, la preclampsia y eclampsia, diabetes gestacional, entre otras.
“Es por eso que las embarazadas deben cuidar su dieta y realizar actividad física”, añadió.
El director del Coespo añadió que a nivel nacional se dejó de realizar un programa preventivo para reducir la preclamsia y que también se debe al estilo de vida sedentario, cultura alimentaria, poca preparación antes del parto y desórdenes metabólicos persistentes en la sociedad.
El aumento de los embarazos juveniles es un indicador de pobreza ya que, al tener un embarazo a temprana edad, disminuye las oportunidades de los jóvenes a poder concluir sus estudios, lo que generaría peores condiciones de empleo y/o informalidad lo que ocasiona un peor nivel de ingreso económico.
“También se genera una reducción de la participación femenina en el mercado de trabajo, lo que obliga a crear a una mayor dependencia de programas públicos para subsistir. Muchos de estos casos, se encuentran por debajo de la línea de la pobreza”, expresó.
Sobre la recomendación que se le debe de dar a los padres de familia que no se animan a hablar sobre educación sexual, añadió que el tema de prevención del embarazo adolescente comprende una variedad de factores protectores entre los cuales encontramos la educación sexual como piedra angular, ésta se tiene que llevar a cabo en todas las esferas a las cuales pertenece el adolescente, como lo son la familia, escuela y sociedad ya que sus expresiones sexuales serán desarrolladas dentro de estas tres. Por lo tanto, es importante que como padres de familia, maestros y sociedad conozcamos los derechos sexuales y reproductivos, dejemos a un lado tabús y orientemos a las juventudes.
Texto: Darwin Ail
Fotos: Agencias