Un grupo de personas se manifestó ayer a las afueras del Consulado de los Estados Unidos en Yucatán, para exigir el cese el fuego en Palestina.
Los inconformes detallaron que decidieron realizar este primer plantón porque, afirmaron, el gobierno estadunidense es uno de los principales promotores de la guerra.
Se pudo observar que algunos de los asistentes eran de ascendencia palestina, representantes de organizaciones de derechos humanos, así como representantes de movimientos sociales, quienes exigieron un alto a la guerra en Gaza.
“Estamos aquí porque Estados Unidos es uno de los países que patrocinan esta guerra apoyando al pueblo israelí, que poco a poco ha ido dejando sin territorio a Palestina”, aseguró una de las integrantes del Colectivo de Apoyo a Palestina.
Denunciaron que la Franja de Gaza es atacada por cielo, mar y tierra, y que cuatro horas de paz no es suficiente.
“Necesitamos alto el fuego, muchos niños han muerto, gente inocente y eso no le ha importado al gobierno norteamericano, lo que están haciendo se llama genocidio”, condenaron.
Las consignas y señalamientos fueron directos contra la nación estadounidense, pues argumentaron que dicho país ha suministrado de armamento a Israel, que ha tomado represalias afectando a los civiles en Palestina.
Aunque el consulado es un lugar estricto, en el cual no está permitido tomar fotografías, con la presencia de un convoy de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Yucatán las cosas no pasaron a más y no hubo represaría alguna contra la protesta.
La manifestación, que se desarrolló de manera pacífica, se extendió por cerca de una hora, donde los activistas dieron a conocer las situaciones por las que los palestinos están atravesando, así como la cifra de muertes que se han registrado en la Franja de Gaza, que asciende a más de 10 mil.
Finalmente, se informó que se seguirán realizando acciones como estas en el Monumento a la Patria, hasta que termine el conflicto entre Israel y Palestina; la cuarta manifestación se realizará este domingo a las 6 de la tarde.
Texto y foto: Andrea Segura