Mary Carmen Rosado Mota
@mary_rosmot
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Después que se anunciara el cambio de sede para el WTA Open Akron realizado anteriormente en Zapopan y ahora, en Mérida, las expectativas fueron creciendo conforme se acercaba la fecha de inicio para disfrutar por primera vez en nuestra ciudad de un evento de tenis de esta magnitud. Así es como desde el pasado 18 de febrero se abrió el telón para las rondas clasificatorias en el complejo, de un morado característico, construido en las instalaciones del Yucatán Country Club.
Y hay que decir que la experiencia ofrecida por la WTA, el máximo circuito profesional de tenis femenil, no es algo que se repita frecuentemente en los eventos deportivos, en toda Latinoamérica solo tiene eventos en Guadalajara, Monterrey y Bogotá, por lo que recibir en la capital yucateca este torneo es de aplaudir tanto para el público que puede acudir como para el comité organizador que ha cuidado cada uno de los detalles de estos 8 días de competencia, además de la proyección para el turismo deportivo que ha recibido el estado, incluida la transmisión nacional por parte de ESPN.
Lo que sí es importante precisar es que toda la organización fue por parte del comité que realizaba el certamen de Zapopan, encabezados por Gustavo Santoscoy, quien consideró a Mérida como una buena apuesta tanto por la parte cultural del estado como otras características en esta época del año. Sumado también el gran número de voluntarios que se registraron para participar en algunas de las áreas solicitadas, ya sea en los accesos, las puertas de ingreso a cancha, los ball boys, fotográfos y cobertura de medios, que con buen ánimo recibieron a los visitantes.
Aunque, por supuesto, las verdaderas protagonistas fueron las tenistas que se dieron cita para disputar este Open 250 que aporta importantes puntos para el ranking, figuras como Sloane Stevens, Katerina Siniakova, Magda Linette, Alycia Parks, entre otras que fueron mostrando lo mejor de sí set tras set, incluso, debajo del sol de Mérida y con el calor que se ha experimentado a pesar de las lluvias esporádicas que marcaron el primer fin de semana.
Como ha sucedido en otros torneos de la WTA y la ATP, en este abierto pudieron participar tenistas rusas, tal es el caso de Varvara Gracheva y Erika Andreeva, pero compitieron sin nacionalidad por lo que cuando les tocó estar en la cancha, en las pantallas aparecían únicamente sus nombres sin el ícono de la bandera como sí ocurrió con el resto de jugadoras, lo que sigue siendo un amplio debate en las implicaciones que tiene la política internacional en el deporte.
El propio complejo era toda una experiencia de vivir, mientras esperaban por los partidos o entre pausas, los asistentes podían disfrutar de las activaciones de los patrocinadores, grabar videos 360° grados, comprar souvenirs o alimentos, hasta sus palomitas favoritas del cine, todo con tecnología de dinero electrónico. Como les decía, un evento que no se vive cada semana en nuestra ciudad, pero que después de superar la prueba, esperamos sí poder vivirlo cada año.