El presidente ruso Vladímir Putin ha vuelto a agitar la amenaza nuclear en vísperas de las elecciones que se celebrarán en Rusia desde este viernes. Putin remarcó este miércoles que sus fuerzas nucleares están preparadas para actuar en cualquier momento. “Desde el punto de vista técnico-militar, por supuesto que estamos preparados. Nuestras fuerzas están en estado de preparación para el combate constantemente”, declaró el mandatario, a dos días del comienzo de unos comicios que se celebrarán del viernes 15 al domingo 17 de marzo, en una entrevista para el canal de televisión pública Rossiya 1.
La entrevista la realizó Dmitry Kiselev, jefe de uno de los grupos de propaganda del Kremlin, Rossiya Segodnia. El líder ruso considera, además, que sus fuerzas llevan ligeramente la delantera a Estados Unidos: “Hemos progresado mucho, nuestra tríada nuclear —silos, bombarderos y submarinos nucleares— es más moderna”, subrayó Putin, que reconoció que existe una carrera nuclear con Washington.
“Ellos están desarrollando nuevos componentes, nosotros también, pero esto no significa que estén preparados para desatar esta guerra nuclear mañana. Y si quieren, ¿qué hacemos? Estamos listos”, manifestó Putin.
Pese a deslizar esos mensajes, el mandatario ha insistido a Kiselev en que no se le ha pasado por la cabeza emplear armas nucleares en estos dos años de guerra contra Ucrania. “Nunca ha habido esa necesidad”, enfatizó Putin, aunque remarcó que todas las armas “existen para ser utilizadas” y se prevé el uso de esta última carta “si hablamos de la existencia del Estado ruso y el daño a nuestra soberanía e independencia”. Según las declaraciones de Putin, el Kremlin se atendría a la doctrina nuclear que ha hecho pública por escrito y no emplearía estas armas para dar un giro a una guerra perdida en el exterior.
Uno de los momentos críticos para el Kremlin fue el retroceso de sus fuerzas armadas en Járkov y Jersón en otoño de 2022. Ucrania comenzó a recibir algo más de ayuda de Occidente, y las tropas rusas se retiraron a una línea más defendible que fue fortificada durante los largos meses en los que las armas llegaban a Kiev con cuentagotas. “Aquella retirada no significó en absoluto que nuestro frente se estuviera desmoronando. No pasó nada parecido a esto. Esto se hizo simplemente para no causar pérdidas innecesarias entre el personal militar”, ha asegurado el presidente ruso.
Año y medio después, la ayuda de Occidente a Ucrania está en cuestión y Putin se ve en una posición de ventaja, por lo que mantiene que cualquier negociación con Kiev debe estar supeditada a los intereses de Moscú. “¿Estamos listos para negociar? Sí, estamos listos, pero solo nosotros estamos preparados para las negociaciones que no parten de ‘deseos’ surgidos de tomar drogas psicotrópicas, sino de la realidad que se ha creado en el terreno (el frente)”, ha manifestado el líder ruso en la entrevista. Putin declaró a Kisiliov que quiere resolver de una vez por todas sus conflictos con Occidente, y especialmente el de Ucrania. Los objetivos de Putin en su invasión nunca han estado claros, especialmente en cuanto a su expansión territorial, aunque el consenso general es que el Kremlin quiere instaurar en Kiev un régimen clientelar de Moscú similar al bielorruso de Aleksandr Lukashenko.
Texto y foto: Agencias