Es tradición de fin de año que los vecinos de una calle o la familia se unan para quemar al año viejo, que no es otra cosa que una figura humana fabricada con ropa y accesorios usados, de preferencia desgarrados para representar al año que se va.
“Quemar al viejo es divertido y para mí no tiene mayor trascendencia que pasar un buen rato con mis hijos en la calle, en donde también quemamos bombitas”, dijo el mecánico Francisco Landero, que tiene su taller en la avenida 41 casi con Mérida 2000, en el poniente de la ciudad.
Pero “quemar al viejo” no solo es divertido, también representa un gasto de más de mil pesos en bombitas, chifladores, tronadores y palomitas, que por fuerza hay que ponerles para que revienten por varios minutos, justo a la medianoche del próximo sábado, cuando comienza el año 2017.
Para confirmarlo, el reportero de Punto Medio acudió a un puesto de bombitas debidamente autorizado para vender explosivos por el fin de año para checar los precios y adelantar sus compras de este tipo para el 31.
Estos son los precios: cañón R-15 a 10 pesos (cuatro piezas), chifladores a 10 pesos, barrepies a 10 pesos, chifladores chinos (más chiquitos) a 10 pesos.
Asimismo, metralletas a 10 pesos, bombitas a 10 la bolsita, petardos a 10 la bolsita, voladores a 10 el mazo.
Además, chispitas a 15 la bolsa de 100 piezas, bola de humo de colores a 5 cada una, hormigueros a 10 y dos por 15 y volcanes a 10 la pieza.
En total 120 pesos comprando el mínimo de cada una, pero como lo ideal es que el muñeco explote por varios minutos, se le tiene que poner por lo menos 10 veces la porción de cada artículo.
“No es barato para una persona, pero nosotros nos ponemos de acuerdo entre la familia y cooperamos. El chiste es que nos divirtamos el fin de año”, recalcó Francisco, quien dijo que ya cotizó un “viejo” listo y preparado para explotarlo y cuesta entre 1200 y 1500 pesos.
-Esteban Cruz Obando