Monseñor Gustavo Rodríguez Vega ofrece una misa de fieles difuntos en el cementerio de Xoclán, donde recuerda que debemos seguir orando por quienes están en el purgatorio para que lleguen al cielo
El Arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, hizo un llamado a no solamente recordar con nostalgia a quienes vivieron en este mundo, sino a hacer la oración que requieren para superar el purgatorio y a que lleguen a la casa de Dios Padre.
-Ellos no están muertos por el hecho de que no los recordemos, como pretende hacernos creer conocida película de Disney, nuestros fieles difuntos viven como espíritus delante de Dios y necesitan de nuestra oración para que lleguen a la presencia eterna a la casa de nuestro padre -subrayó Rodríguez Vega en su homilía de ayer en la misa de fieles difuntos celebrada en el cementerio de Xoclán.
Ante el alcalde de Mérida, Renán Barrera Concha y su esposa la presidenta del DIF municipal, Diana Castillo Laviada, el prelado recordó que ante la imposibilidad de contar el número de los justos y festejarlos, el 1 de noviembre la Iglesia celebra la Fiesta de Todos los Santos.
-Muchos eran celebrados en la antigüedad, y en la actualidad ya nadie se acuerda de ellos, mientras que a otros nadie los conoce, pero no les importa estar en un calendario, porque al estar con Dios no necesitan de nuestro culto, aunque los bajemos y los llevemos en procesión, porque como decía Santa Teresa, solo Dios basta, es lo único que necesitamos y en la eternidad lo podremos disfrutar -explicó.
Después de que la llovizna dejó un ambiente caluroso en el Cementerio General que para monseñor Rodríguez Vega no pasó desapercibido, ni para muchos de los feligreses que sacaban sus abanicos de mano para refrescarse, el religioso dijo que las fiestas patronales son importantes para motivarnos y que tratemos de emular el actuar de los santos con nuestras acciones y ponernos la meta de alcanzar la gracia divina. En cuanto a los difuntos, recordó que se pide todos los días del año en las misas, por lo que dijo que no hace falta que se paguen intenciones por las almas del purgatorio.
-Hoy de manera extraordinaria celebramos a los fieles difuntos, pero no sabemos quiénes de ellos ya no están en las listas del purgatorio sino en las del cielo, que ya no necesitan de nuestra oración pues ellos pueden hasta interceder por nosotros, pero la oración hay que seguir haciéndola, porque nos hace bien y no se desperdicia, ya que Dios la reparte entre todos los que lo necesitan, la Iglesia de la tierra pide por los hermanos del purgatorio, y junto con ellos esperamos llegar con nuestros hermanos que ya están en el cielo -explicó.
El Arzobispo también tuvo un pensamiento para los hondureños que buscan llegar en caravana a los Estados Unidos y que hoy atraviesan el país.
“Vengan benditos de mi padre, porque fui forastero y me hospedaron”, serán las obras de caridad las que se tomen en cuenta en nuestro juicio final, porque es a Cristo a quien atendemos con nuestras obras buenas, y entonces qué sorpresa nos llevaremos al morir cuando el señor nos reciba con los brazos abiertos -subrayó.
Dijo que con la autoridad de la fe y con la seguridad que el señor nos da por medio de su Iglesia, cada uno puede en estos días liberar el alma de un ser querido, de un familiar, de un amigo.
-Nuestros difuntos viven en la presencia del Señor, si se están purificando pidamos por ellos, hoy tenemos una gracia muy especial, cada uno de nosotros puede sacar un alma del purgatorio mediante la confesión, la comunión, la oración por el Papa, un Padre Nuestro y una Ave María, la recitación del Credo y el propósito de una enmienda total de nuestros pecados. No tiene que ser hoy, tenemos una semana para confesarnos y comulgar. Es el Salvador que nos da ese poder, solo Cristo salva, pero nosotros tenemos ese poder como miembros de su cuerpo que es la Iglesia Santa de Dios. Que todos nuestros fieles difuntos lleguen a la presencia eterna, a la casa de nuestro padre, así sea -concluyó.
Texto y fotos: Manuel Pool
