El Masaje I Love You consiste en una técnica que se realiza haciendo una I en sentido ascendente desde la barbilla hasta el nacimiento del cabello
La rutina cosmética llamada “El Masaje I Love You” sin proponérselo ha conseguido otro buen objetivo: mejorar el bienestar psicológico, por lo que además de evitar las imperfecciones, la ciencia acaba de demostrar que también fortalece la salud emocional.
En un estudio presentado en un congreso se presentó el estudio Mental Beauty: el impacto positivo e inexplorado de los cosméticos en la autopercepción y el bienestar psicológico, realizado en colaboración con diferentes departamentos y entidades de la Universidad de Zaragoza.
Esta investigación clínica se centra en la influencia que el cuidado de la piel tiene sobre la autoestima, profundiza en la conexión piel-cerebro y en la dimensión psicológica de la piel, la llamada psicodermatología, y explica cómo la rutina de cuidados puede potenciar la autoconfianza y mejorar el estado de ánimo, además de formular cosméticos eficaces de gran sensorialidad y con unos aromas que ayudan a centrarse en el momento presente.
Es un ritual de aplicación consciente que adapta las enseñanzas de la atención plena al terreno del cuidado personal. Esta innovadora disciplina permite limpiar no solo las impurezas de la piel, sino también eliminar de la cabeza el incesante runrún de pensamientos negativos y recurrentes que llevan a una visión distorsionada de la realidad, estresan e impiden estar a gusto con nosotros mismos.
La hipótesis de partida del estudio se centró en cómo la rutina cosmética puede mejorar la autopercepción de belleza de cada persona a la vez que se combaten los cánones estéticos estandarizados, tan irreales como inalcanzables, que causan insatisfacción y deterioran la autoestima de gran parte de la sociedad. Y no solo por las texturas y los aromas de las cremas, sino también porque al utilizar determinadas herramientas, como la atención plena y consciente durante el ritual o el método de aplicación de los productos, podemos conseguir un cambio de la narrativa interior que potencia los mensajes positivos.
“El Masaje I Love You” consiste en una técnica que se realiza haciendo una “I” en sentido ascendente desde la barbilla hasta el nacimiento del cabello, un movimiento en forma de corazón que empieza en la frente y baja por la línea mandibular y una “U” de lado a lado del cuello y que simboliza el amor por nosotros mismos.
Mientras realizan estas maniobras, deben mantener un diálogo interior centrado en el poder transformador de palabras como armonía, curación, amor, liberación, verdad, inspiración o metamorfosis. Porque, si lo pensamos bien, la rutina diaria es una experiencia íntima en la que están solos ante nuestro reflejo en el espejo. Es decir, es el momento perfecto para tomar conciencia del momento presente y sentirse bien con uno mismo, lo que se reflejará en el exterior.
En el ensayo participaron 121 usuarias de cosmética de entre 40 y 64 años, que se distribuyeron en tres grupos: uno de control y dos de intervención. Las participantes utilizaron el mismo producto durante 30 días y asistieron a una sesión presencial al inicio del estudio. La diferencia entre ambos grupos radicó en la forma de aplicación y el diálogo interior: donde quienes realizaron la técnica reflejaron los cambios en el estado biopsicosocial de las participantes se evaluaron mediante una serie de cuestionarios validados y complejos análisis estadísticos.
Los resultados mostraron, por primera vez, el impacto positivo de los cosméticos en el bienestar psicológico, con mejoras en la autopercepción física y el estado de ánimo.
Datos a destacar
Más allá de la belleza física, la aplicación de cosméticos puede desempeñar un papel importante en la salud mental al alejarse de los cánones de belleza estereotipados, agregar mensajes positivos y realizar la rutina de manera consciente.
La hipótesis de partida del estudio se centró en cómo la rutina cosmética puede mejorar la autopercepción de belleza de cada persona a la vez que se combaten los cánones estéticos estandarizados, tan irreales como inalcanzables, que causan insatisfacción y deterioran el autoestima.
Texto y fotos: Darwin Ail