Los “merengues” despiertan en el Allianz Arena de Alemania y derrotan 2-1 a los bávaros con goles de Marcelo y Marco Asensio. Cristiano Ronaldo da por terminada su racha de partidos consecutivos anotando
EL REAL MADRID conquistó por tercera ocasión consecutiva el Allianz Arena, para dar un paso firme hacia la final de Kiev y la búsqueda de la tercera corona consecutiva, tras superar momentos de sufrimiento ante el empuje del Bayern pero acabar resurgiendo con la pegada de Marcelo y Marco Asensio.
Las bestias negras son cosas del pasado para un Real Madrid que domina el fútbol europeo y ya es leyenda tras ser el primero en conquistar dos Ligas de Campeones consecutivas y tres de las cuatro últimas ediciones. El presente lo marca un gen ganador, una pausa en los malos momentos y el convencimiento de estar capacitados para dar la vuelta a cualquier situación que se le presente. Volvió a ocurrir en el minuto 93 ante el Juventus en cuartos y cuando peor pintaban las cosas en un Allianz Arena encendido.
Los planes de Zidane no salieron. Apostar por futbolistas como Modric, Kroos e Isco para tener el balón pero acabar corriendo detrás de él no era lo esperado. El encuentro nació torcido. Pasaban segundos y un mal despeje de Carvajal, nervioso todo el primer acto y pasado de revoluciones en varias entradas, dejaba solo al peor enemigo, Lewandowski, que escorado buscaba un pase que no remataba bien Müller.
Segundos después respondía el Real Madrid aprovechando un error de colocación del Bayern. Marcelo veía en profundidad a Kroos que no encontraba rematador. Las cartas estaban sobre la mesa en un intercambio de golpes que se frenó con la lesión de Robben. Era el minuto 5 cuando el jugador de cristal se sentó sobre el césped.
Al Bayern le sobra corazón y de la nada saca goles. Mientras Cristiano Ronaldo se instalaba en la soledad en un 1-4-5-1 que le restaba protagonismo, Lewandowski era un incordio continuo a los centrales, James le metía peligro con rosca a cada acción a balón parado y Rafinha chutaba a puerta por primera vez a los 19 minutos. El Real Madrid solo jugaba en largo y directo. Alejado de su identidad.
Fue cuando llegó el golpe en los instantes en los que los de Zidane comenzaban a tener la posesión y Carvajal probaba a Ulreich. La primera subida de Marcelo dejó metros a su espalda que devoró Kimmich. Encontró el error de Keylor Navas, el segundo grave consecutivo tras el tercer tanto de la Juve en el Bernabéu, y adelantó al Bayern. El portero tico se anticipó esperando un centro y cuando vio que era un disparo centrado reaccionó tarde.
Pero llegó el tanto del respiro. Confiado siempre en sus posibilidades, de un centro que cayó del cielo de Lucas Vázquez, apareció la zurda de Marcelo, que a un minuto del final del primer acto ponía el empate enganchando un disparo cruzado inalcanzable para el portero germano.
NO SE RINDEN
Fue una segunda parte en la que Ribery hizo todo lo posible por ser el héroe del partido pero Asensio le arrebató el protagonismo. El extremo francés hizo diabluras desde el costado izquierdo, sometiendo a tal desgaste a Carvajal que acabó lesionado. Dos recortes y asistencia a Müller para que Ramos fuese salvador.
Cuando se esperaba el aluvión del Bayern llegó un regalo que decide un gran partido. El error de Rafinha marcó el duelo en una salida de balón, con su equipo volcado y dando el pase a Asensio. Corrió con velocidad junto a su socio Lucas Vázquez y la asistencia la mandó a la red con tranquilidad y un disparo cruzado. El Real Madrid ya había golpeado de nuevo.
El Real Madrid pudo asestar un golpe definitivo a la eliminatoria pero Cristiano clamó al cielo por el gol anulado que le impedía prolongar su racha de récord. Por primera vez en la presente edición de la Liga de Campeones se quedó sin marcar. Su disparo cruzado a la red lo anuló el colegiado por un control que interpretó fue con el, brazo.
La entrada de Benzema añadió presencia ofensiva del Real Madrid y peligro, aunque el francés sigue gafado de cara al gol. El rey de Europa había vencido por sexta ocasión consecutiva a su antigua bestia negra.
Texto y foto: Agencias