Tras reconocer que la Reforma al Poder Judicial propuesta por el Presidente Andrés Manuel López Obrador no resolverá sus problemas de fondo “porque es un muy chiquita”, la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Lenia Batres Guadarrama, advirtió sin embargo que de no aprobarse este proyecto que propone su democratización “va a ser imposible que empiecen a solucionarse, y se corre el riesgo que siga al servicio de una élite y no del pueblo mexicano”.
Al participar en la Asamblea Informativa “Reforma al Poder Judicial del Estado”, organizado por legisladores federales electos de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), encabezados por el senador Aníbal Ostoa Ortega, y a la que concurrieron de invitados los titulares de los tres poderes del estado presididos por la gobernadora Layda Sansores San Román, la ministra resaltó la importancia de socializar la justicia y que se deje de priorizar en sus resoluciones los intereses empresariales por encima de las demandas sociales.
Ante estudiantes de derecho, académicos, abogados, funcionarios públicos y ciudadanos interesados en el tema, la también candidata a doctora por la Universidad de México insistió en que una condición muy importante para que se resuelvan es avanzar con su democratización “que es la única forma en la que el pueblo mexicano puede recuperarlo por primera vez en su historia, y ponerlo a su servicio”.
En amplia explicación con la ponencia “La Reforma al Poder Judicial de la Federación y su impacto Social”, reconoció que es un poder muy poco conocido, y en que el 82 por ciento de los mexicanos piensan que es injusto el acceso a la justicia, 73 por ciento cree que no todas las personas son iguales ante la ley de acuerdo al Latino Barómetro 2023; incluso el Inegi documenta que el 39 por ciento de los mexicanos tiene algo o mucha de desconfianza de los jueces y el 66 por ciento cree que los jueces son corruptos.
Texto y foto: Agencias