La psicóloga Claudia Tecglen destaca que esta situación enseña que el virus se combate con solidaridad, dejando de lado el individualismo.
Muchos dicen que las crisis hay que verlas como oportunidades. Quizás la pandemia de COVID-19 sea una etapa de aprendizaje que nos permita transformarnos en una sociedad mejor, formada por individuos más resilientes y empáticos.
La realidad es que la sociedad enfrenta una crisis histórica, en donde prevalece la incertidumbre, la ansiedad, el desconocimiento y temor de cómo se irá desarrollando esta pandemia, sin dejar atrás las grandes pérdidas humanas y económicas que ha dejado en todo el mundo.
Hemos sido testigos de cómo diversos sectores de salud, seguridad, estado, medios de comunicación y abarroteros son los que están haciendo frente a la crisis sanitaria, y muchos de ellos en el camino han perdido la batalla en contra de esta enfermedad.
Por su parte la psicóloga Claudia Tecglen da a conocer algunas lecciones de vida que nos ha dejado esta pandemia:
¿Realmente somos tan independientes?
En esta sociedad donde el individualismo y la capacitación son consideradas grandes virtudes que debemos desarrollar las personas para destacar, llega un microrganismo y nos hace vulnerables a todos, sin hacer distinciones entre género, raza, o nivel socioeconómico.
-Creo que este virus demuestra lo que muchos ya sabemos desde hace tiempo: la necesidad de reconocer la interdependencia entre unos y otros. Todos necesitamos ayuda de los otros, en mayor o menor medida, todos somos vulnerables. Es hora de cambiar de paradigma: del individualismo al colectivismo. Este virus se combate con solidaridad -señaló.
¿Realmente es tan grave estar en cuarentena?
El confinamiento es una oportunidad para poder atención a esas cosas que por trabajo no teníamos tiempo de hacer, como el convivir como familia, dedicarles tiempo a los hijos, a la pareja, incluso a las mascotas que pasan la mayoría del tiempo solas en casa.
¿Qué podemos hacer como sociedad para que esta cruda realidad cambie?
Las asociaciones y sus voluntarios realizan una inmensa labor y también merecen nuestra gratitud, porque su solidaridad está siendo nuestra mayor aliada. Estas instituciones también requieren verse reforzadas por los gobiernos.
¿Servicios Públicos o Privados?
El virus ha sido claro: se debe reforzar nuestro Sistema de Salud Pública; a fin de cuentas, la vida de una persona no puede depender de sus posibilidades económicas y los profesionales que luchan por nuestras vidas no solo merecen todo nuestro respeto, admiración y gratitud, sino poder hacer su labor con todas las garantías de seguridad porque gracias a que ellos no se quedan en casa venceremos esta enfermedad. En realidad, la medida de aislamiento deriva, al menos en gran parte, de la imposibilidad del sistema de soportar el ascenso de la curva.
Texto y foto: Georgina Bacelis