Desde hace 10 años, don Rodolfo Sánchez Pioquinto brinda sus servicios como laudero en su taller, donde prácticamente se hacen milagros
Texto y fotos: Manuel Pool
Grupos como Los Súper Lamas, Master Kumbia y Los Junior Klan aprovechan su estancia en Mérida para llevar sus instrumentos de viento a mantenimiento o reparación, y para ello recurren al taller que don Rodolfo Sánchez Pioquinto tiene en el interior del local del Sindicato Único de Filarmónicos de Yucatán, donde prácticamente se hacen milagros.
“Mi oficio es el de laudero, reparo todos los instrumentos de viento y metal, tengo 10 años en Mérida, donde gracias a Dios hay bastante trabajo, pues existen numerosas charangas, orquestas, mariachis y grupos”, explicó don Jorge, quien repara y da mantenimiento a trompetas, tubas, clarinetes, saxofones, fagotes y en general a todo instrumento de metal y viento.
“Mi trabajo es herencia fa- miliar, tenemos otro taller en Garibaldi, soy la tercera generación, mi tío Agustín Illescas comenzó con este legado, y después mi padre Constantino Sánchez, luego sigo yo que vine a Mérida a pasear y decidí quedarme a vivir”, recordó nuestro amigo, quien refirió que anteriormente los músicos locales le enviaban sus instrumentos para ser reparados.
“Cuando llegue instale mi taller en la calle 65 por el rumbo de la iglesia de Lourdes, con el tiempo logré acomodarme aquí en un espacio en el sindicato, donde me traen trabajos como este”, dijo mientras enseña una trompeta completamente aplastada y que en unos días quedará como nueva.
“Estaba muy cansado el dueño de esa trompeta, la dejó asentada detrás de su vehículo, y se le olvidó retirarla al dar reversa y la aplastó”, explicó don Jorge, quien señaló que al igual que grupos de charangas y mariachis, también trabaja a grupos muy importantes como “Cleyver y su nueva imagen”, y también a “Paleto, la voz de la cumbia”.
¿Es esta trompeta aplastada uno de los trabajos más complicados que ha tenido?, le preguntamos al maestro, quien recalcó que cuando un instrumento llega con él, es porque de plano ya le está dan- do mucho trabajo a su dueño.
“Es común que se abollen, se desuelden, que se desafinen, o que las piezas se rompan o se pierdan, entonces, hay que volver a reconstruir. Un trabajo de estos podría tardar una semana, pero si es limpieza y nivelación en un día lo tengo listo”, dijo nuestro entrevistado, que recuerdó que lo mismo ha trabajado con flautas muy pequeñitas que con las enormes tubas de banda. Y ya en vísperas de las vacaciones decembrinas, don
Jorge nos comentó con mucha alegría, que pronto recibirá una vez más, la visita de su familia, a la que dijo le gusta mucho la ciudad y la amabilidad de la gente.