Resiliencia

Deyanira Trinidad Álvarez Villajuana

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“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” Romanos 8:28.

El fallecimiento de mi amado padre, el pasado 4 de febrero de 2021, además de recibir tratamientos por padecer principios de cáncer y atravesar por una operación, quedándome yo sola a cargo de mi mamá, de 81 años, pues soy hija única, soltera y sin ingresos económicos fijos, se dice fácil, pero requiere de mucha fe en Dios y la fuerza que sólo Él es capaz de dar en medio de nuestras debilidades. 

Fe, que se traduce en la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1), y fuerza, que puede entenderse como resiliencia, que es la capacidad de sobreponerse a las adversidades de la vida, levantándonos no con nuestras capacidades, sino con la ayuda de Dios y adquiriendo más sabiduría tras las pruebas. 

De eso se trata, de dejar atrás quienes éramos y ser cada día más como Jesús, y eso, implica una mayor sabiduría. Mi corazón, aunque triste por la muerte inesperada de mi papá, ya que ingresó al hospital por un motivo diferente al covid-19, y ahí dentro lo adquirió, no volviendo a verlo hasta que nos entregaron sus cenizas en una cajita, también tiene un gozo y paz sobrenaturales, pues tuve la gran bendición de compartirle el evangelio estando aún él con vida, y realizó la decisión de fe en Jesús. 

De igual forma, le compartí el evangelio a mi mamá, así que mi fe está puesta en la palabra de Dios, la cual señala que nos volveremos a ver en breve, quienes tengamos la fe en el Rey de reyes y Señor de señores, nuestro amado salvador, quien nos dio la vida eterna: “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo” (1 Juan 5:11). 

Mi invitación es que no esperes ni un minuto más para cumplir la gran comisión establecida en Mateo 28:19-20, empezando por tu propia familia. No pienses en ir a evangelizar a África, si en tu propia casa hay todavía mucho por hacer. Mi confianza está puesta en Dios, y eso le da descanso a mi alma, teniendo la certeza y convicción de que en breve me reencontraré con mi papá, pero, sobre todo, estaré con mi amado Jesús por toda la eternidad.  Para los cristianos en verdad nacidos de nuevo: “Vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21), ya que la muerte solo es una transición y no el final del camino. 

Te invito a mis curso-talleres semanales en línea “DesarrollArte Efecto Mariposa”, a favor de mi proyecto social Adopta a un abuelito, al cual, te invito a sumarte: www.adoptaaunabuelito.com.

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Bendiciones para ti y tu familia por siempre.