Texto y fotos: Manuel Pool
DEBIDO AL MAL ESTADO EN el que se encontraban las banquetas de la calle 59 en el tramo comprendido de la 60 a la 62, desde hace tres días personal de Obras Públicas del Ayuntamiento de Mérida arrancó con su remoción.
“Aprovechando esta oportunidad y para que luego no dañen la nueva banqueta, se dio aviso a las diversas instancias, como la Japay, para que cambien las tuberías de agua que considere están en mal estado, y también a alumbrado público, con el fin de que se retiren las luminarias de piso que se encontraban empotradas en la banqueta”, explicó a Punto Medio el subdirector de Vías Terrestres, David Loría, quien asegura que los trabajos concluirán en dos o tres semanas.
El funcionario comentó que por ubicarse en el Centro Histórico para levantar las banquetas fue necesario solicitar la debida autorización al INAH, por lo que el proceso lleva más tiempo del que se requiere de manera habitual en una obra que se realiza en otros puntos de la ciudad.
Según explicó, se tomó la determinación de trabajar solamente por las noches para evitar afectaciones a los comercios que funcionan en la zona en la que hay a diario transitan numerosos turistas.
Las labores comienzan a partir de las diez de la noche, y sólo se llevan a cabo en una de las aceras, la ubicada en la parte sur, para que al finalizar sea intervenida la ubicada en la parte norte.
Sin embargo, en el cruce de la calle 60, la remoción de banquetas se realizó inclusive a las puertas de conocido restaurante de comida rápida.
“Qué bueno que van a reparar las banquetas, pero nos hubieran avisado con tiempo”, dijo uno de los empleados de una tienda de artesanías, que se quejó de que con los trabajos se rompió la tubería que abastece de agua al negocio. “Ya vino la Japay, sólo me taparon la tubería, pero mientras necesito agua para la clientela y para el personal que necesita utilizar el baño”, dijo.
Otro empleado lamentó que no se hayan llevado los pedazos de la anterior banqueta que se quedaron en la calle, como un obstáculo para los transeúntes que tienen que bajar al arroyo para continuar con su recorrido.