El martes pasado Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, en sesión solemne del Congreso del Estado de Campeche, celebrada en el centro de convenciones de la ciudad capital, rindió la protesta de rigor como gobernador constitucional de esa entidad.
Como dato adicional anecdótico, cabe mencionar que por la coincidencia de las fechas, pocos gobernadores tienen el privilegio de tomar posesión al mediodía y dar el grito de independencia por la noche del mismo día.
En su discurso inaugural el ya gobernador Moreno Cárdenas, en esos momentos atípicamente todavía sin dar a conocer los nombres de los integrantes de su gabinete, bosquejo los que serán los ejes principales de su administración.
Lo hizo en líneas generales no hubo anuncios específicos o espectaculares en cuanto a la realización de magnas obras o acciones en particular, pero puso especial énfasis en el rubro del desarrollo económico, que sin duda será su mayor prioridad.
Porque su gran apuesta y eso no puede considerase como una promesa menor, es la de transformar radicalmente las condiciones económicas del estado y su sociedad, poniendo a Campeche ante los ojos del país y del mundo, situando el mismo muy alta la dimensión a medir.
No estamos hablando de una promesa cualquiera, como y por la forma en que lo dijo, el planteamiento supone una metamorfosis de fondo, una expectativa mayúscula, un reto gigantesco.
Sin embargo la parte que tiene mas relevancia, fue la que correspondió a su mensaje político, en el que expreso de manera puntual cual será su estilo personal de conducirse y gobernar.
Conceptuoso y claro, Moreno Cárdenas trajo de vuelta muchos de los preceptos doctrinales fundamentales del Revolucionario institucional, no solo por la elaboración de las frases sino por el sentido genuino de las mismas.
Por su trayectoria política, el antecedente permite definirlo como un político de la vieja de la escuela a pesar de su juventud, en el se aprecia un vasto conocimiento de los fondos y las formas.
Fiel a su estilo característico, reitero que gobernara con mano firme y no puede quedar duda de ello, esa ha sido la convicción y la forma con que se ha manejado siempre.
Alejandro Moreno será el mismo, titular de todas las secretarias de su gabinete, cuidando personalmente hasta el mas mínimo detalle, conduciendo con estricta vigilancia y exigencia el cumplimiento de sus instrucciones.
Por momentos sus palabras y la forma en que las expresaba hicieron rememorar a otros gobernadores con ese mismo estilo y tipo de ver y hacer las cosas, como Víctor Cervera y Mario Villanueva por ejemplo.
De ello se desprende que independientemente del extremo cuidado que pondrá en los aspectos administrativos, por su esencia personal, su gobierno tendrá un profundo corte político.
Una clara muestra de ello, que además demuestra su habilidad y madurez fueron las especiales y largas menciones que dedico a Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa Patrón respectivamente, ambos presentes en el evento y juntos como siempre con todo lo que ello implica.
A Beltrones entre otras cosas lo llamo maestro de la política, quizá el momento mas interesante de su discurso, porque distinguió entre el halago tradicional y una muestra evidente de respeto, que es un llamado a la reconciliación.
No es precisamente un secreto que tanto con Beltrones como con Gamboa había tenido fuertes desavenencias en el pasado, mas aun y mas considerables con el primero.
Incluso que los dos poderosos personajes en su momento se oponían obstaculizando su nominación como candidato a gobernador, situación que zanjo con elegancia, misma que por cierto se pudo apreciar mereció el reconocimiento político de los aludidos.
Caso muy diferente el que se relaciona con su antecesor Fernando Ortega Bernés, a quien solo se refirió cuando enumero la presencia de los ex mandatarios presentes en la ceremonia.
No hubo ninguna expresión hacia Fernando Ortega, ni la mas mínima y eso no se puede apreciar como un descuido en alguien que no deja cabos sueltos, por el contario eso infiere que la frialdad tiene fondo.
Como tampoco paso desapercibido el saludo fraterno, mas que afectuoso a su gran amigo y ahora colega gobernador del Estado de Chiapas Manuel Velasco, sin duda uno de los artífices de su ascenso político y promotor de su carrera.
Alejandro Moreno se impuso a si mismo grandes retos como ya apuntábamos, tendrá que gobernar un estado acostumbrado al predominio de su partido, con la mitad de las presidencias municipales en manos de la oposición.
Un estado en el que la cultura política tradicional impone, que el gobernador tiene facultades extra legales, de quine dependen todas y cada una de las decisiones, ahora en un contexto muy diferente de apertura democrática y de expresión.
Los tiempos cambian y las sociedades también, Alejandro Moreno es innegablemente un político de corte firme, incluso autoritario, pero su sagaz inteligencia y comprensión de los escenarios son indiscutibles.
Lo que permite augurar que el suyo será un gobierno exitoso, innovador por obligación y de gran interés para el análisis político, porque sin duda dará mucho de que hablar.
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