Por el rumbo del Chembech se ha registrado el robo de varias tapas de las alcantarillas, y debido a que estas son muy pesadas, se presume que el hurto es realizado por varias personas.
Los vecinos de la zona aseguraron que estos atracos se llevan a cabo durante la madrugada, ya que por la mañana y por la tarde es difícil realizarlo, debido a que a los amantes de lo ajeno les lleva varios minutos y como se trata de calles traficadas, podrían ser descubiertos.
Dos de las tapas hurtadas estaban instaladas en la calle 40 por 57 y 55, justo una esquina del citado mercado, y la otra en la calle 38 entre 59 y 61.
Dichas tapas pesan más de 100 kilogramos, por lo que se presume que los amantes de lo ajeno utilizan algún vehículo para transportarlas.
En el caso de la alcantarilla de la 38 con 59 y 61, los vecinos colocaron unos palos para evitar algún percance, ya que cuando llueve, el agua alcanza varios centímetros y no se ve que la alcantarilla no cuenta con tapa, lo que podría ocasionar un accidente.
Por fortuna, dijeron, apenas deja de llover el agua es absorbida. Ayer se vio a varios trabajadores limpiando las alcantarillas, en la calle 59 por 40.
Una vecina del rumbo comentó que debido a que es una zona donde viven personas de la tercera edad, desde muy temprano la gente deja de transitar por las calles.
Si embargo, dijo, por la tienda Dunosusa, que cierra a las 10 pm y que en contra esquina hay una agencia de cervezas, dicha zona suele estar concurrida, pues hay gente que acude a comprar, lo que propicia que el robo tenga que realizarse en la madrugada.
Reconoció que cada vez quedan menos vecinos originarios, ya que algunos ya fallecieron y otros hasta optaron por irse a vivir con sus hijos en fraccionamientos y colonias. En la calle 38 entre 59 y 61, por lo menos, tres casas se observan que están en venta o en renta.
Los barrios, así como colonias como la Alemán y la García Ginerés comienza a darse el fenómeno de la gentrificación, que consiste en que gente de mejor nivel económico adquiere las propiedades por lo que termina desplazando a la gente originaria de ese lugar.
Algunos de los vecinos que se resisten a cambiar de residencia es porque prácticamente en ese lugar han vivido décadas y algunos viven solos, ya que sus hijos se casaron y se fueron a vivir a otras colonias.
Texto y foto: Darwin Ail