Tras reconocer que presentar un mejor proyecto en el debate no fue fácil, el abanderado a la alcaldía de Mérida por los partidos Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), del Trabajo (PT) y Verde Ecologista de México (Pvem), Rommel Pacheco Marrufo, declaró que confía en que se cumplieron las expectativas de los meridanos, quienes exigían un ejercicio democrático con propuestas.
Durante su reunión semanal con medios de comunicación, dijo que “ustedes vieron el debate, ahí se presentaron argumentos, datos y lo que se debe hacer con el presupuesto”. Ejemplificó que un objetivo rival es repavimentar 300 km, cuando en Mérida hay 3,500 km de calles, lo que significa que va a trabajar solo en un 9%.
Uno de los aspectos más destacados de Rommel en el ejercicio democrático organizado por el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (Iepac), fue el contraste de su proyecto con el de sus contrincantes, evidenciando la falta de propuestas sólidas y la persistencia de problemas.
El candidato de Morena reafirmó su inminente victoria en el debate, destacó la solidez de sus propuestas en contraste con los titubeos de sus adversarios, y resaltó la necesidad de utilizar el presupuesto de manera efectiva para acabar con la desigualdad, la corrupción y la falta de infraestructura.
El exclavadista utilizó la estrategia de proporcionar algunas cifras, y enfatizó la necesidad de utilizar el presupuesto de manera eficiente y transparente para que cada peso invertido se refleje en mejoras reales para todas las y los meridanos.
Resaltó que el ejercicio del debate sirvió para que la gente conozca quién está preparado: “investiguen quién tiene cédula profesional, cómo se ha incrementado la renta de las viviendas en un 64%, mientras los salarios siguen bajos y cómo se otorgan permisos de construcción y por eso se da la gentrificación y el desplazamiento de la gente, porque no pueden pagar donde antes vivían. La gente está cansada de las mismas promesas campaña con campaña. Por eso hablé de acabar con el cártel inmobiliario”, puntualizó.
Texto y foto: Darwin Ail