Miles de personas y una decena de jefes de Estado y de Gobierno conmemoraron este domingo en Kigali el trigésimo aniversario del genocidio de Ruanda, en el que más de 800,000 tutsis y hutus moderados fueron asesinados en 1994.
“Hoy nuestros corazones están llenos de duelo y gratitud en igual medida. Recordamos a nuestros muertos y estamos también agradecidos por aquello en lo que Ruanda se ha convertido”, afirmó el presidente ruandés, Paul Kagame, durante su discurso en el estadio cubierto BK Arena de la capital.
“Tenemos una deuda con los supervivientes que se encuentran entre nosotros. Les pedimos hacer lo imposible, llevando sobre sus hombros el peso de la unidad y la reconciliación, y sigan haciéndolo (…) cada día”, añadió Kagame en una ceremonia que plasmó tanto los avances como las heridas del país. Con motivo del evento, una enorme estructura fluorescente con forma de árbol fue instalada en medio del pabellón y sus cambios de luces acompañaron las diferentes actuaciones musicales presentadas así como un espectáculo de danza contemporánea.
También acudió a la ceremonia el presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel, cuyo país, exmetrópoli, dividió a la población por etiquetas étnicas durante su dominio colonial, privilegiando a los tutsis frente al 85 % de la población hutu, lo que se tradujo en décadas de odio que desembocaron en la masacre.
“Soy belga, soy europeo. Estamos aquí treinta años después y sé lo que mi continente, Europa, debe a vuestro continente, África. Conozco la historia con sus raíces, con sus grandezas, también conozco la historia con sus vergüenzas (…) Por eso, el Gobierno belga pidió perdón en el año 2000”, señaló el dirigente europeo.
Texto y foto:EFE