Exhortan a las autoridades a no descuidar esos vestigios arqueológicos, pues se encuentran en un terreno privado y corren el riesgo de ser destruidos. Aseguran que el predio fue adquirido como “pago político”.
El promotor cultural Enrique Pérez Polanco pidió a las autoridades que no descuiden a las ruinas de Dzoyilá, que se encuentran (en parte) en un terreno privado y en riesgo latente de ser destruidas.
–Las autoridades se han negado a expropiar por cuestiones políticas, pero es necesario proteger este patrimonio cultural del municipio de Mérida –subrayó.
–Esta zona se ubica frente al parque Kukulcán, y como vecino del fraccionamiento Granjas, de niño jugaba es un sitio de 50 hectáreas de las que sobreviven 17 con tres pirámides un poco más chicas que las del Fraccionamiento del Parque, es una de las 16 zonas arqueológicas de importancia que están alrededor de la capital, como las de Xoclán, las del interior de los terrenos del Aeropuerto o las de Flor de Mayo –explicó.
Especialistas en el tema refieren que Dzoyilá contaba con un cuadrángulo y un Observatorio, y que en 1977 fue declarado como el primer parque eco-arqueológico de la capital yucateca.
Pérez Polanco recalcó que la zona está desprotegida porque sigue en manos de particulares, empresarios de alto renombre que adquirieron el terreno como pago político, que esperan el momento idóneo para hacer un “madruguete” a los vecinos de la zona que, como él, se constituyeron en custodios del sitio.
El entrevistado recordó que tenía 12 años y salía de la primaria cuando vio que se acercaron unos buldóceres al lugar, y escuchó que los trabajadores se dirigían a tirar los vestigios arqueológicos, ya que la intención era construir en el lugar un centro comercial, que después de varios años, a final de cuentas se tuvo que construir en el terreno que ocupaba el depósito de los camiones de la Alianza de Camioneros.
–No entendía de cuestiones legales en ese tiempo pero pensé que no podían destruir esas pirámides en las que jugaba y junto con unos compañeritos nos paramos frente a la maquinaria, luego nos agredieron los trabajadores, y una de las vecinas que se dio cuenta acudió a defendernos y mojó con su manguera al agresor, llegó el padre, las maestras y se armó un lío que tardó 15 años para que a final de cuentas se nos entregara un dictamen de no destrucción –detalló.
A decir de Pérez Polanco, Dzoyilá sería el primer sitio eco-arqueológico porque después de que los chamanes que en ese tiempo se mantenían ocultos, se enteraron de que un grupo de vecinos y niños defendieron el lugar, acudieron a realizar a petición de la gente sus ceremonias y rituales en las ruinas, y fue esa la primera ocasión en que se hicieron en la vía pública.
El entrevistado recordó que en varias ocasiones se trajeron a estudiantes de arquitectura de la UAM y de la UNAM para hacer un proyecto en el que se integraran las pirámides con la construcción del centro comercial, pero al parecer la propuesta no interesó a los constructores, que dijo “sólo replican esquemas tradicionales”.
–Ha faltado voluntad política, porque se ha presentado el proyecto a ayuntamientos y a candidatos de partidos políticos, sin resultados positivos –puntualizó.
Texto: Manuel Pool
Fotos: Juliana Sepúlveda