Al anunciar que su Santidad Francisco nombró Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Antequera, Oaxaca, al párroco Luis Alfonso Tut Tun, el arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, pidió al gobernador electo, Joaquín Díaz Mena, que todas las cosas buenas que hallen que las continúen, donde uno de los temas más urgentes es el compromiso para trabajar por la paz para conservar el buen ambiente que hace famoso al estado.
Entrevistado luego de anunciar el nombramiento del expárroco de Santa Inés en Akil, perteneciente a la Arquidiócesis de Yucatán, recordó que todos se comprometieron antes de las elecciones y resaltó que el actual titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Luis Felipe Saidén Ojeda, ha sido ratificado en el cargo.
Aseveró que hace unos días les mandaron una carta de agradecimiento, luego hay que contactarlos para otras situaciones, por ejemplo, el trabajo que realizan como iglesia para fortalecer el tejido social.
“Este programa se realiza en Progreso, Kinchil, Kanasín y el reclusorio para fortalecer el tejido social”, expresó.
“En Mérida hay lugares que requieren más atención que el resto de la ciudad, pero principalmente en los pueblos hay muchas necesidades para atender”, dijo.
Respecto de las necesidades, refirió que hay que atender a los más pobres, hay que mirar los municipios, Mérida es muy grande, importante por el número de habitantes pero sin descuidar todas las poblaciones que merecen la atención.
En otro tema, interrogado sobre si las lluvias no han ocasionado daños en algunas de las iglesias, expresó que recientemente no le han informado sobre esto, el caso reciente está el de la parroquia de Tekax que está en proceso de reparación.
Hace unas semanas se desplomó parte del techo en una madrugada y el sacristán se dio cuenta en la mañana siguiente.
Respecto al nombramiento, Tut Tun reconoció que fue un nombramiento inesperado, no estaba en su horizonte, fueron casi dos años en Akil, pero Dios dispone, el impacto a renunciar de proyectos es duro, las emociones cambian.
“Somos sacerdotes, entrenados a mirar los cambios de la vida desde otro ángulo no sólo de la realización de proyectos o comodidades. Hay que verlo como una llamada de Dios, del Papa Francisco, es un proceso normal asimilarlo”, dijo.
Recordó que las comunidades de Akil, como Canek y Kantemó, que están en la zona de la serranía, se requieren medios de transporte, son distantes.
“Dios lo ha preparado a este nuevo reto, los cerros yucatecos alcanzan 150 o 200 metros de altura, los de Oaxaca son más altos, son colinas, montañas y los pueblos son más dispersos y largos. En Yucatán en ocasiones cuando iba a un pueblo me quedaba a dormir allá y al día siguiente comenzaba las actividades más cerca con el fin de ahorrar tiempo, gasolina o descansar un poco más, ya que en ocasiones estaba cansado”, explicó.
En la localidad de San Arturo se requiere ayuda de una camioneta 4×4 para la recorrer la terracería.
Agregó que el apego a la religión la recibió más de su mamá, que siempre fue una parroquiana muy activa, tenía varios servicios en la Iglesia, era Legionaria de María, coordinadora de un centro pastoral y ministra extraordinaria de la Sagrada Comunión.
“También ayudaba a los adultos que se iban a casar, pero no tenían sacramentos, por alguna razón las personas crecen y no se bautizan, ella fue catequista y les daba catecismo”, agregó.
En la conferencia también estuvo el obispo auxiliar, monseñor Pedro Mena Díaz.
Texto y foto: Darwin Ail