Previo a Jueves Santo, curas del Estado reafirman su vocación
Al presidir la Misa Crismal, el arzobispo de Yucatán, monseñor Gustavo Rodríguez Vega, indicó que en esta celebración los sacerdotes ratifican su misión, que es la de llevar el Evangelio, para que Dios derroche su gracia sobre ellos.
Los presbíteros se reunieron en la iglesia de Santa Ana, donde adoraron al Santísimo Sacramento y, posteriormente, se dirigieron a la Catedral de San Ildefonso, donde los fieles se alegraron al verlos pasar; son sacerdotes que viven su vocación, viven su ministerio y renuevan sus promesas sacerdotales.
Recordó que hace 25 años, el arzobispo emérito, monseñor Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, presidía esta celebración en el año jubilar en la Catedral para que los fieles reciban la indulgencia plenaria.
Explicó que los sacerdotes notaron un aumento de fieles en la confesión, buscando la gracia de Dios, buscando la indulgencia, la renovación en el espíritu y la preparación al jueves y viernes santo, que se recuerdan el lavatorio de pies y la crucifixión de Cristo.
“Han venido muchas personas a celebrar el jubileo, han venido decanatos, pero en esta misa tan significativa hay fieles y que representan a toda la iglesia de Yucatán. Fieles de diferentes rincones del Estado, que participan activamente en la gracia de la iglesia, ustedes son peregrinos de la esperanza”, agregó.
Explicó que, teniendo enfermedades, escasez material, a pesar de pasar por grandes problemas familiares, en su esperanza no está puesta en cosas de este mundo, está en la vida eterna del Señor. “Todo adquiere sentido, ante la promesa de la gloria de Dios”, dijo Monseñor.
Recalcó que también es jubileo a los sacerdotes, quienes llegaron a acompañar a sus decanatos, para vivir la fiesta. Como cada año todos los sacerdotes son convocados para renovar sus promesas sacerdotales.
Expresó que fueron ungidos el Día de su Ordenación Sacerdotal para llevar la buena nueva a los pobres y para anunciarlo a los débiles, no se debe tener miedo a la palabra pobre, porque es la pobreza de espíritu, por lo que se ha llamado a compartir los bienes, porque todos son llamados a mirar con amor.
“Los sacerdotes de Yucatán sirven a los pobres, es un privilegio para ellos. Son peregrinos de la esperanza; queremos retomar nuestro compromiso y el Señor derroche su gracia sobre nosotros”, enfatizó.
Texto y foto: Darwin Ail