La Hora del Planeta es mucho más que apagar las luces, es un movimiento global que ilumina nuestra responsabilidad con el medio ambiente y el bienestar de todas las personas. Desde su inicio en 2007, esta iniciativa simbólica nos invita a reflexionar sobre el cambio climático al apagar las luces de edificios, monumentos y hogares por una hora. Es un pequeño gesto con un gran mensaje: juntos podemos hacer la diferencia.
Cada año, millones de personas en más de 200 países se unen para cuidar nuestro hogar compartido: la Tierra. De cara al 2030, el desafío es inmenso pero alcanzable: limitar el aumento de la temperatura global a 1.5° grados. Esto requiere acciones colectivas y decisiones conscientes para mitigar el cambio climático y adaptarnos a sus efectos. El 2024 ya ha sido declarado el año más cálido de la historia, con fenómenos extremos como inundaciones, olas de calor e incendios que nos recuerdan la urgencia de actuar.
El fin de semana pasado, en el Parque Recreativo Ximbal, más de un centenar de personas se dieron cita para celebrar la Hora del Planeta. Fue una jornada inspiradora que buscó despertar conciencia sobre el impacto de nuestras actividades diarias en el medio ambiente y promover acciones para reducir nuestra huella ecológica. Entre sonrisas, aprendizaje y unión, el evento marcó un paso más hacia un futuro más sostenible.
La celebración estuvo llena de momentos memorables. Ranvir Singh guio una sesión de “Yoga por un Planeta Saludable”, ayudando a los asistentes a conectar cuerpo, mente y naturaleza. La MVZ Ruth Briones Celis, de la Escuela de Abejas Guardianas, cautivó a grandes y pequeños con los relatos de Ah-mulcen-cab (la gran abeja divina) y El hombre maya y la naturaleza. Además, hubo dinámicas para compartir mensajes de amor a la Tierra, sesiones fotográficas y la formación del icónico símbolo del movimiento, el 60+.
Texto y foto: Agencias