Con el objetivo de fortalecer los conocimientos en gestión financiera, mejorar el desempeño en gestión institucional, identificar los problemas y áreas de oportunidad de cada región, además de avanzar en la lucha contra la pobreza mediante modelos sostenibles, representantes de 14 países se reunieron en Mérida durante dos semanas para capacitarse en el tema de las microfinanzas y abrirse a temas trascendentales como la digitalización y llevar servicios y productos financieros a zonas rurales, esto en el marco de la XIII edición para Latinoamérica y el Caribe del Programa de Capacitación para microfinanzas “Boulder MFT en Español”, que ayer finalizó con gran éxito.
ste es el cuarto año en el que la institución, con sede en Syracuse, Estados Unidos y Santiago, Chile, realiza este evento en la capital yucateca. En la ceremonia de clausura, su presidente y miembro fundador del Consejo, Robert Peck Christen, destacó que son ya 25 años de trabajo en la que cuentan con más de siete mil egresados en 155 países.
Antes, en representación del rector de la Uady, aliada en la organización de este encuentro, el director de la Facultad de Contaduría y Administración, Aureliano Martínez, destacó que la mayor parte de los pobres vive en zonas rurales, por lo que es necesario establecer estrategias para que les llegue el desarrollo económico y que se contribuya a la reducción de la pobreza global para lo cual se requiere contar de un sistema financiero hecho a la medida de las necesidades de los campesinos y de las pequeñas empresas agrarias y no agrarias como las constituidas por comerciantes y artesanos.
“A pesar de la Importancia económica de las zonas rurales, estas sufren una marcada carencia de servicios financieros, las ofertas de financiamiento para campesinos y empresas agrarias y no agrarias faltan por completo, o bien no corresponden a las necesidades y costos muy caras”, indicó.
En este sentido dijo que el desarrollo de sistemas financieros en ese sector enfrenta retos entre los que se encuentran la menor densidad de población, la escasa actividad económica, los altos costos de transacción a causa de la falta de infraestructura como carreteras y telecomunicaciones, la insuficiencia de registros de población y propiedad, personal poco calificado como consecuencia de un bajo nivel de formación, además de los riesgos agrícolas como la situación de las lluvias, las plagas y enfermedades y fluctuaciones de los precios de los productos en el mercado.
Texto y foto: Manuel Pool Moguel