POCO O MUY POCO aportó realmente el segundo debate entre los cuatro aspirantes a la gubernatura efectuado ayer en Valladolid. Fue una sesión de una hora y 20 minutos –no, afortunadamente, las dos horas que se anticipó– poco menos que soporífera, y esto no solamente por el formato sin chiste, en el que sólo vimos a un moderador o conductor tratando de hacer interesantes o tan siquiera amenos sus cuestionamientos; soporífero no sólo por eso, insistimos, sino también por el formato, en el que se buscó darle un matiz democrático a las preguntas consultando a los ciudadanos mediante diversas vías, pero parece que sobre todo por Facebook. Hubo una pregunta que fue presentada como la más votada por los ciudadanos que se animaron a hacer sugerencias, pero que tuvo un planteamiento vago y una serie de respuestas del mismo estilo. No menos importante fue la hora en que se realizó el ejercicio preelectoral, que empezó a las 4 de la tarde, con un calor que rondaba los 40 °C a la intemperie, a una hora en la que generalmente los vallisoletanos y la gran mayoría de los yucatecos están recluidos en el rincón más fresco o menos caliente de su casa.
LOS ASPIRANTES a la gubernatura tuvieron poco que decir ante la baja calidad de las preguntas, y la poca emoción que generó el debate también tuvo que ver con la asepsia que se esforzaron en darle los organizadores, prohibiendo cualquier intento de confrontarse directamente unos candidatos contra otros, y no fue sino hasta casi el final cuando el moderador creyó necesario aclarar que, aun sin hacer alusiones personales, sí podían rebatirse unos a otros. A las 4 de la tarde Mauricio Vila abrió con un llamado a la austeridad desde el gobierno estatal, Mauricio Sahuí ratificó su visión optimista de que vienen mejores tiempos para Yucatán, Jorge Zavala se presentó como una opción diferente con 25 años de experiencia en labor social y abogó por un gobierno que tenga visión integral para resolver los problemas –algo que repitió una y otra vez–, y Joaquín Díaz insistió en afirmar que Yucatán “no está bien” y que eso se debe sobre todo a la corrupción. Mañana agregaremos algo más sobre las impresiones que nos generó el “debate”.
Por Gínder Peraza