UN BIÓLOGO TRABAJA varios años al servicio de la CFE y durante ese período logra, entre otras cosas, certificarse como buzo y capacitarse en la captura de cocodrilos, todo con el doble objetivo de ser un profesional cada vez mejor preparado, y aumentar sus probabilidades de ascender en el escalafón. Cuando decide pasar al sector privado se coloca en una gran empresa que recicla papel y genera diversos productos, y desde ahí prosigue su superación: toma un posgrado sobre manejo de personal y se inscribe en el curso de un año para graduarse como Técnico en Urgencias Médicas, sabedor de que, como toda gran compañía moderna, la suya dará prioridad al cuidado del medio ambiente y la protección y seguridad de su personal. ¿Para qué es todo este cuento? Para subrayar la imperiosa necesidad de que trabajadores y empresas por fin coincidan en darse cuenta de que la capacitación es la única forma de lograr un sólido desarrollo que no sólo aumente sus ganancias (que para eso se crean las empresas, para ganar), sino que también contribuya con su grano de arena a engrandecer el país.
CADA AÑO EN EL Día del Trabajo se escuchan viejas demandas y argumentos de trabajadores y empresarios: los primeros insisten en que no ganan suficiente, y según las estadísticas tienen razón; y los segundos señalan que los aumentos salariales no pueden concederse por decreto, sino que tienen que fundamentarse en una mayor productividad y, ¿qué cree usted? Sí, también tienen razón. La llave para destrabar esta situación es sin duda una mayor productividad, que no puede existir sin capacitación; y los más interesados en capacitarse tienen que ser los trabajadores, que sin embargo poco podrían lograr si las empresas no abren oportunidades para hacerlo. ¿Invitan a tomar un curso de inglés becado por la empresa? Que todos los que puedan aprovechen la invitación. ¿Fuera del horario laboral se va a dar un curso para evitar desperdicios y lograr la calidad total? Que haya un tumulto para inscribirse… Y esto que parece utópico sería el verdadero camino para mejorar salarios, favorecer el consumo, alentar la producción y, en suma, mejorar la economía nacional. ¿Qué opina usted?
Por Gínder Peraza