UNA DECISIÓN muy plausible tomaron ayer los diputados del Congreso local, al aprobar en su sesión plenaria una reforma a la ley orgánica que rige su trabajo y con la cual ponen fin a la llamada “Era de la congeladora”, palabra esta última que hace alusión al limbo en que quedaban, sin recibir atención, iniciativas que los propios diputados presentaban y que se estancaban porque a sus colegas de otros partidos les parecían inconvenientes. Pero eso se acabó, ahora la mesa directiva correspondiente tendrá un plazo de 15 días hábiles para turnar a comisiones los proyectos de ley que presente cualquiera de los 25 diputados. De esta manera los diputados contrarrestan un poco la desconfianza que siente hacia ellos una parte de la ciudadanía. Al explicar su voto a favor el diputado perredista David Barrera Zavala dijo que lo hizo “acorde a los nuevos tiempos que vivimos, donde la máxima transparencia debe ser una virtud en las instituciones públicas”. Bien por nuestro Congreso.
SIN DUDA ALGUNA el tema del cuidado del medio ambiente adquiere cada vez más preponderancia en todas las actividades humanas, sobre todo las económicas y de desarrollo urbano. La ecología ya no es sólo un “asunto de los demás”, sino que es cada día más nuestro, tuyo, mío, suyo. En la edición que tiene usted en sus manos incluimos tres notas al respecto (en las páginas 17 y 35), la primera de tendencia negativa, pues el coordinador de la Agenda Terrestre de la Península de Yucatán, Sebastián Proust, pone de relieve una vez más que la selva maya peninsular está amenazada por la deforestación, con una pérdida anual calculada en 80 mil hectáreas de árboles. Pero por otro lado, unos 300 jóvenes, del tipo en que podemos depositar las esperanzas de la Patria, participaron en una actividad de reforestación en la que sembraron 1,000 arbolitos, como parte de su meta anual de 10,000; y también le pasamos al costo el anuncio que hizo el delegado de la Semarnat, Carlos Berlín Montero, de que mañana a las 7 de la noche se realizará en el parque de la colonia Alemán un festival de trova cuyo objetivo es promover el cuidado del ambiente. Con esta juventud y estos funcionarios sí hay esperanza.
