SEGUNDA PLANA – PUNTO MEDIO

AL 50% EN CUANTO a participación de género, o sea un hombre y una mujer, como querrían algunos puristas, la Comisión de Justicia del Senado, encargada de seleccionar a quien presidirá la futura Fiscalía Anticorrupción, dio de baja a dos de los 32 candidatos iniciales a ese puesto, por una contundente razón: los trabajos que se les pidieron para que argumenten su aspiración tienen varias partes idénticas o casi iguales, lo que evidencia que uno de ellos, o los dos, plagiaron sus trabajos. Si fueran estudiantes de secundaria diríamos que son un par de copiones, pero lejos de causar gracia, el asunto es muy delicado porque evidencia precisamente los niveles de corrupción, falsedad y engaño en el que están acostumbrados a vivir muchos mexicanos. Es evidente que cuando empiece a trabajar la Fiscalía Anticorrupción se enfrentará a un durísimo entorno, en el cual prácticamente estará intentando reeducar a una sociedad acostumbrada a ver que se premie no a quien trabaja más o aporta mejores ideas, sino al que es más pillo, más sinvergüenza y capaz de mentir sin que lo descubran. Será una tarea cuesta arriba, pero es una tarea a la cual no podemos renunciar. Por lo pronto, Braulio Robles Zúñiga y Angélica Palacios Zárate, los copiones, han inscrito sus nombres en un lugar especial…

LOS YUCATECOS a menudo no nos percatamos del privilegio que significa vivir en nuestro estado, donde gracias a habitantes y autoridades disfrutamos de un ambiente bastante seguro. Pero no es así en todo el país, y bastan dos ejemplos para corroborarlo. El primero es el caso de los 43 jóvenes que eran estudiantes de la Normal de Ayotzinapa y que “desaparecieron” entre policías, militares y asesinos del crimen organizado; no solamente nadie sabe qué fue de ellos, sino que sus padres se ven obligados a tratar con autoridades que insisten en su “verdad histórica”, llena de huecos y falsedades y que entre otras cosas evidencia que en este país hay muchas regiones en las cuales un ciudadano cualquiera puede ser eliminado sin que pase absolutamente nada. El segundo caso es el que acaba de registrarse, de una fuga de cinco reos del penal de Culiacán entre quienes están Juan José Esparragoza Monzón, “El Azulito”, hijo de un conocido capo del narcotráfico mexicano. En este último asunto hay otros “desaparecidos”, que son varios carceleros e incluso el ex jefe de custodios de ese penal. Si desaparecieron por complicidad o por miedo, no lo sabemos, pero sí comprobamos cada vez más que los penales mexicanos son recintos en los que reina y gobierna la corrupción, para variar.

EN RECIENTE VISITA a Mérida, el presidente de la Asociación Nacional de Alcaldes del PAN, Enrique Vargas del Villar, presidente municipal de Huixquilucan, Estado de México, se permitió una pronunciación justiciera al pedir que sus dirigentes nacionales resuelvan de inmediato el caso de los “moches” que involucra a varios de sus correligionarios de Yucatán. Más que inspirado por afanes de justicia, nos parece que el dirigente blanquiazul lo que quiere es que ese asunto que ha enturbiado las actividades del panismo local se resuelva de una vez y deje de manchar las incipientes actividades rumbo a las elecciones de 2018. Los “moches” efectivamente han embarrado a varios panistas locales, pero hay que señalar que no son un asunto que involucre solamente a los políticos de ese partido, sino que atañe a prácticamente todos ellos, porque como es bien sabido todos los integrantes de la Cámara de Diputados reciben cada año fondos que pueden manejar a su total discreción. La diferencia es que no a todos les descubren sus pillerías.

EL  CASO de un hombre sexagenario que fue atropellado y muerto junto con su perro en el fraccionamiento Las Américas de esta ciudad es sólo la punta de un iceberg que amenaza con arrastrar a muchos meridanos, y nos referimos a la forma de conducir que nos va caracterizando, y en la cual están excluidas las consideraciones a los peatones, la cortesía con los demás conductores, y la tranquilidad y la previsión a la hora de planear y realizar nuestros desplazamientos en esta ciudad en la que los embotellamientos vehiculares se registran en todos lados, desde el Centro Histórico hasta el Anillo Periférico. ¿En qué nos estamos convirtiendo? Quede ahí de tarea la pregunta.

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