Segunda Plana – Punto Medio

DESDE LA MODERNIZADA carretera Santa Clara-Dzilam de Bravo, las torres eólicas de más de 150 metros de altura apenas impactan el paisaje que ofrece la ciénega, donde a menudo pueden encontrarse flamencos color rosado o anaranjado buscando en el agua sus alimentos. Pero en cuestión de impacto social, la operación del parque productor de energía alternativa llamado Eólica del Golfo 1 sí generará cada vez más cambios en las comunidades cercanas, como son el puerto de Dzilam de Bravo y los pueblos de Dzilam González y Temax, por lo menos. Habrá repercusiones positivas, como por ejemplo la generación de empleos, pero también negativas, como el encarecimiento de los alimentos y los terrenos y viviendas, principalmente. En realidad la Eólica sólo vino a unirse al alza de precios que ya causaba la ilegal explotación todo el año del pepino de mar, que ha motivado, y lo sigue haciendo, la llegada de hombres solos y familias completas que se trasladan desde estados tan lejanos como Veracruz y Tamaulipas para unirse a la captura del citado equinodermo, sin que les importe si esta actividad es legal o está fuera de la ley.
HAY QUE RECONOCER que media un abismo entre la forma en que funciona la empresa Vive Energía, operadora de la Eólica del Golfo 1, y la manera en que lo hacen quienes participan en la ilegal captura y comercio del pepino de mar. Los “veleteros” (así les dicen a quienes trabajan en la Eólica) son en general padres de familia que entre otras cosas cumplen una serie de requisitos de seguridad propios de una compañía grande, mientras que en las filas de los pepineros abundan los jóvenes que no parecen tener compromiso con nadie y que son muy dados al alcoholismo y la drogadicción. Todos tienen derecho a trabajar, pero todos también tienen la obligación de obedecer las leyes. La eólica de Dzilam Bravo es punta de lanza y laboratorio de una forma de producir energía limpia que proliferará en poco tiempo, y ante la cual las autoridades de los tres niveles tendrían que estar vigilantes, a fin de que los aspectos positivos se potencialicen y los negativos sean sofocados. Lo contrario es lo que mayormente ha sucedido en diferentes partes del país.

 

Por Gínder Peraza

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