SEGUNDA PLANA – PUNTO MEDIO

ALGO MUY GRAVE está pasando con los gobernadores del país, pues desde que llegó la alternancia de partidos parece que empezaron hacer lo que les da la gana, si juzgamos por los recientes escándalos en que están involucrados varios de ellos. De entrada, nada edificante es darse cuenta de que hay gobernadores que están en la cárcel acusados no sólo de enriquecimiento ilícito o inexplicable, sino también de estar ligados al narcotráfico, al crimen organizado. Hemos sido testigos del “progreso” de políticos que antes de alcanzar una gubernatura carecían de riquezas y andaban prácticamente con una mano adelante y otra atrás, pero al dejar el cargo ya están convertidos en hombres muy ricos, tanto que se permiten llevar en adelante una vida de lujos y exageraciones, y hasta se van a vivir al extranjero con su familia. Los simples mortales no se explican cómo le hacen esos políticos o funcionarios para sacar cantidades estratosféricas de dinero de las arcas públicas, algo que consiguen desde luego con la ayuda de sus más cercanos colaboradores, quienes asumen el papel de operadores, de prestanombres. En el escándalo más reciente que implicó la detención en Guatemala del ex gobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa las investigaciones apenas comienzan, pero es imposible que ese funcionario haya robado todo lo que se dice que robó sin la ayuda de otros delincuentes de cuello blanco como él. ¿Se llegarán a conocer los nombres de éstos?

ES UN HECHO, lo hemos visto todos, que un político que alcanza la gubernatura de un estado, al dejar el puesto no vuelve a trabajar como un mortal común, sino que se da una vida de nuevo rico… O al menos así había sido hasta ahora, pues algunos de esos exfuncionarios ya están en la cárcel. Ahora con la detención de Duarte de Ochoa falta ver qué hará el gobierno federal en vísperas de las elecciones cruciales del Estado de México y en otras entidades y municipios. ¿Tratará el gobierno de demostrar que ya no permitirá más corrupción? Ya veremos. Por lo pronto, nos parece que falta mucho por hacer, y ahí está el caso de Roberto Borge Angulo, exgobernador de Quintana Roo que de forma increíble sigue prófugo, y también está el caso de su antecesor, Félix González Canto: Ambos han sido objeto de quejas y demandas para que se investigue su actuación como gobernadores. ¿Actuará también el gobierno federal contra ellos, en un estado como Quintana Roo donde este año no habrá elecciones? Son del dominio público las presuntas anomalías en que incurrieron al aprovechar sus cargos para beneficiarse a sí mismo y a sus familiares, enriqueciéndose desmedidamente. Le falta mucho al gobierno para demostrar que su lucha contra la corrupción va en serio y será pareja hasta castigar con cárcel a todos ésos que tanto daño le hacen a sus estados y a México entero.

CUANDO EL GOBERNADOR Mario Villanueva Madrid fue aprendido por presuntos, multimillonarios desvíos de fondos públicos, pero también –dicen muchos– porque se metió con políticos más poderosos que él, su esposa buscó rápidamente la manera de ocultar aunque sea parte de la riqueza que su marido había acumulado. El ingeniero Villanueva no era egoísta, y había ayudado personalmente durante su mandato a muchos quintanarroenses, sobre todo de las clases media y baja; muchos le llamaban compadre por los favores y la amistad que habían recibido de él, así que aprovechando esa popularidad la esposa le pidió ayuda a un pequeño ganadero para meter a los terrenos de éste decenas de reses de uno de los ranchos propiedad del gobernador. Meses después, con los pastizales ya agotados, la mujer sacó todo su ganado y ni un peso le dio al ingenuo ranchero… Lo que queremos destacar con esta anécdota es que los gobernadores no están solos cuando roban el dinero del erario, sino que muchos los ayudan de diferentes maneras y reciben a cambio migajas o migajotas. Por eso cabe preguntar ahora: ¿Javier Duarte de Ochoa robó cientos o miles de millones de pesos él solo, o lo ayudaron otros funcionarios, compadres o amigos? Con toda su risa y sus kilos de más el gobernador ya está en la cárcel, “por suerte” antes de las elecciones en el Estado de México, pero ¿recuperarán los veracruzanos el dinero que les robaron, o esas cuantiosas sumas se esfumarán como ya ha pasado en otros estados?

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