IGUAL QUE PUNTO MEDIO pero un poco después, ayer durante el día diversos canales de información ofrecieron comentarios acerca de los reconocimientos que el presidente Enrique Peña Nieto dirigió, en la inauguración de la nueva Cervecería Yucateca, al coordinador de los senadores del PRI, el yucateco Emilio Gamboa Patrón. Hoy incluimos (página 7) comentarios de legisladores locales acerca de los citados elogios, y todos coincidieron en que esa situación no debe verse como un adelanto del proceso interno del partido tricolor para elegir a su candidato a la gubernatura en los comicios del 2018. La de ayer fue jornada propicia para que analistas y comentaristas expongan nuevamente sus pronósticos y cálculos acerca de las candidaturas de los partidos para 2018. Entre los comentarios hubo uno que da mucho para cavilar: Se dice que Peña Nieto pediría licencia a fines de este año para que el abanderado priista a sucederlo no tenga en su contra el muy bajo nivel de aceptación popular del Presidente. De esa manera, el candidato tricolor ganaría votos por sus propios méritos, y no los perdería por “venganzas” que los electores puedan tomar, molestos por temas como los gasolinazos, por ejemplo. Ya veremos si es cierto, o si sólo es una especulación o un “borregazo” más.
EL TÍTULO DE servidor público debería ser un honor para todos los que tienen un cargo en la administración federal, estatal o municipal. Ya se ha dicho que quien no vive para servir, no sirve para vivir, pero el problema es que hay funcionarios que viven en un pasado lejano, y están convencidos de que la gente debe rendirles pleitesía y servirles, cuando lo correcto es al revés. Decimos todo eso en alusión al director de Transporte estatal, Humberto Hevia Jiménez, de quien nos llegan informes, tanto de Mérida como de Valladolid (páginas 4 y 13 de hoy), en los que es señalado por una persistente falta de transparencia, por decir lo menos, en el desempeño de su cargo. ¿Por qué se comporta así el señor Hevia? ¿Por qué no les hace un favor a sus superiores y da muestra de sencillez y capacidad de servicio? Por lo general (podría haber excepciones, claro) cuando un reportero acude a un funcionario es porque busca indagar sobre temas que preocupan a un sector más o menos amplio de la ciudadanía. Y quien desempeña un cargo obviamente está obligado a ser transparente y dar a quienes acudan a él un trato respetuoso y responsable…
CUANDO EL DELEGADO de la PGR en Yucatán, Juan Manuel León León, dice que Yucatán sigue siendo un puente importante para el paso de drogas (página 3), ya sea provenientes del Norte y Centro del país, o con rumbo al vecino Quintana Roo, no podemos menos que sentirnos preocupados, aunque esa preocupación no debería circunscribirse a que somos paso de estupefacientes, sino que también debemos empezar a reconocer que el problema del consumo de drogas ha pasado de ser algo meramente anecdótico, para alcanzar niveles preocupantes en diversos puntos del interior del estado. A muchos les parece que ya es hora de que las autoridades se hagan cargo en serio de ese problema, lo analicen y definan una estrategia para detenerlo ahora que es relativamente incipiente. La inacción gubernamental y policiaca ha sido el factor clave para que estados como Tamaulipas, Guerrero y Michoacán, entre otros, vivan hoy situaciones en las que se mezclan el crimen organizado, la violencia y la impunidad, en un coctel definitivamente mortal.
PROBABLEMENTE USTED, como miles o millones de mexicanos, vio ayer en los noticiarios de televisión el video que muestra la gran fiesta que el capo del cártel Jalisco Nueva Generación José Luis Gutiérrez Valencia, alias Don Chelo, ofreció a sus amigos de encierro y visitantes. El ambiente y los comentarios que se pueden ver muestran el grado de descomposición social al que hemos llegado empujados por el crimen organizado. Don Chelo presume que él es quien manda en la cárcel, y también hace gala de su riqueza al ofrecerles a sus amigos lo que quieran pedirle. Parece de fantasía, pero éste es el México que prevalece en muchos rincones de nuestra república gracias a la constante pérdida de valores morales y éticos, que propicia un mundo y un país distorsionados. ¿Reaccionaremos algún día, o buscaremos que nos inviten a la fiesta…?
