SEGUNDA PLANA – PUNTO MEDIO

UN VERDADERO merequetengue se armó con el asunto de las calles recién petrolizadas a las cuales se les vertió ácido al parecer para destruirlas, según denunciaron formalmente las autoridades municipales, aunque regidores de la oposición, que no descartan que el ataque a esas vías sí haya ocurrido, señalan que también es posible que todo se deba a un mal trabajo, o porque se utilizaron materiales de baja calidad. Mientras se aclara si se trató de una agresión, y se busca confirmarla incluso con grabaciones de videocámaras, nos parece que lo más importante de este asunto es que, si hubo un ataque, éste evidenciaría que ya tenemos entre nosotros a personas que con tal de alcanzar sus objetivos no les importa perjudicar a los ciudadanos dañando una obra pública. Si así fuese, estaríamos alcanzando nuevos niveles de bajeza en la guerra política. Sería muy lamentable.

LA TERCERA EDICIÓN de la Expo Foro Ambiental, de la cual le informamos en la página 8 de esta edición, ocurre en un excelente momento para revisar las leyes y las políticas ecológicas que ya se deberían estar aplicando en nuestro estado, donde la cultura sobre el cuidado al medio ambiente, urbano o rural, todavía es incipiente, y así puede usted ver por todos lados gente que tira su basura a la calle, y empresas que tratan de hacer negocios sin tomar en cuenta el cuidado del entorno y de los recursos naturales. Si esa displicencia del sector privado se une a la ingenuidad, buena fe o venalidad del sector público, ya podemos dar por descontado que nuestros hijos y nietos van a recibir un entorno destruido y peligroso. Hay leyes para proteger a la ecología y la naturaleza, pero lo mejor sería tener ciudadanos bien educados y conscientes de lo necesario y conveniente que es cuidar nuestras riquezas naturales.

UNA LAMENTABLE desnaturalización de la religión es lo que se nota en el video que probablemente también usted ya vio, en el cual un grupo de delincuentes reunidos en la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, y que portaban armas de largo alcance, supuestamente le rezan a Dios a fin de que les dé fuerza para la guerra a muerte que sostienen, es decir, que los ayude a realizar con éxito sus operaciones como bandas criminales, y hasta los bendiga. En tiempos en que incluso grandes y antiguas religiones como el islamismo se esfuerzan por que el mundo entienda que no están a favor del terrorismo y los asesinatos, ese grupo del Cártel del Golfo le pide a Dios que los ayude a matar y a salir con bien de sus ataques. Desgraciadamente ésa no es la única evidencia de la descomposición social que se vive en varios estados del país: adolescentes y jóvenes sin supervisión de sus padres crecen sin guía adecuada, prácticamente huérfanos de padre y madre porque éstos tienen que salir a trabajar a fin de alcanzar los niveles de riqueza que la sociedad estaría esperando de ellos. Ya es suficiente vergüenza que nos ubiquen entre los países más violentos del mundo, igual o peor que Siria, por ejemplo, para que además nos conozcan como una nación donde delincuentes bien armados se encomiendan al Creador antes de lanzarse a matar militares, policías y gente común.

¿RECUERDA USTED qué generó esta espiral de violencia que sacude al México actual? Ya se ha dicho muchas veces, pero Néstor Camarillo Medina, presidente municipal priista de Quecholac, en el estado de Puebla, nos lo volvió a decir anteayer: La violencia que azota a esa entidad federativa, incluyendo la que ejercen los huachicoleros, famosos ladrones de combustibles, no surgió de la noche a la mañana, sino que requirió de muchos años durante los cuales la sociedad cayó en una descomposición moral que ahora le está cobrando una factura muy cara. “Esta descomposición es culpa de todos, gobierno federal, estatal, (que) lamentablemente no han volteado a la sociedad hasta ahorita”, expresó el alcalde, a quien se le olvidó incluir a amplios sectores de la población que contribuyen a agravar el robo de gasolinas. Después de muchos años, poblaciones enteras ven ese tipo de robo como algo natural y de lo que se puede obtener ganancias para sostener a la familia. Eso es lo que pasa cuando un gobierno olvida sus obligaciones, y más bien se centra en buscar oportunidades de malversar a su favor parte de los fondos públicos.

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