Como me gustaría que alguno de los cientos de alcaldes entrantes se tomara en serio lo que seguramente dijo en infinidad de ocasiones mientras estaba en campaña. Esa frase de “mi compromiso es servir” o el ya famosísimo pero raramente respetado “…cercano a la gente”. Como me gustaría que ell@s tuvieran a bien planear a doce años como mínimo y de ahí, basándose en su presupuesto, partir hacia atrás desde los objetivos cumplidos hasta llegar a su trienio y determinar que harán en el primer año, segundo y tercero y ya si quieren la reelección pues tendrán oportunidad de seguir con el cuarto, quinto y sexto y le dejarán proyectos y planes a las siguientes administraciones que se verán reflejadas en el bienestar del municipio sin considerar colores partidistas o echarle la culpa de todos los problemas al anterior.
Vamos, todos sabemos que casi la totalidad de los municipios están quebrados y quizá no sea solo la incompetencia que les atribuimos a los encargados (generalmente una vez que salieron) sino que eso de nacer y morir cada tres años representa la imposibilidad de ver el gran panorama y madurar como ciudades y municipios autosustentables. El primer año se adaptan a sus puestos y empiezan a aprender como funcionar, el segundo año trabajan y el tercero ya están preparando la entrega-recepción si es el caso de que continúen hasta el final de su mandato. En otras palabras, efectivamente y quitando vacaciones y demás días inhábiles, se trabaja un año como promedio y en un año, con el perdón de todos los “crucificadores” de alcaldes salientes, no se puede hacer nada. Las mejores administraciones municipales son casualmente las que siguen los procesos de la administración anterior y repiten a muchos en puestos claves lo que le da cierta continuidad pero, si quién entra necesita acomodar a su equipo (como es lógico) quizá se debería constituir una dirección de transición municipal. Ya sé, en este momento me deben estar tachando de loco y de inconsciente por proponer que las de por sí infladas nóminas municipales se inflé más pero estoy seguro que el costo-beneficio sería mayor pues permitiría la continuidad y eliminaría por completo la curva de aprendizaje de los proyectos básicos.
Ahora, si lo que les preocupa son los gastos, pues eliminemos el gasto corriente pues no creo que sea necesario que los municipios cambien de logo en cada administración lo que implica uniformes, papelería, rótulo de vehículos, etc… y la dirección de transición municipal podría incluir a los encargados de las planeaciones y miembros de la sociedad civil. Aquí lo importante sería evitar que el entrante deje de lado lo hecho por el antecesor dilapidando tiempo, dinero y esfuerzo solo por demostrar que ostenta el mando. Por eso inicio con el que ojalá se tomen en serio el compromiso de servir y la cercanía con la gente, que no olviden que trabajan para su pueblo y no al revés, que son administradores temporales de ciudades y municipios que no son suyos sino de todos su habitantes, que la única función real es mejorar como se vive en esos municipios y que por eso están recibiendo un muy buen sueldo.
Ya escucho las risas de unos cuantos diciéndome que yo no sé nada de administración pública y quizá tengan razón pero, mientras unos se ríen, yo con llanto en los ojos quisiera no tener que decirles lo mismo pues si yo no sé nada, no pasa nada, pero si los que entran, no saben nada…
No es necesario ser experto en teoría, es necesario que recuerden lo que vieron y escucharon mientras recorrían haciendo campañas, que apliquen dosis ingentes de sentido común, que se apoyen en expertos en las áreas a desarrollar y que al tomar protesta mientras juran cumplir y hacer cumplir la constitución su palabra sea vinculante y que la oportunidad, el honor y el privilegio de servir a su gente sea lo más valioso de ese compromiso y que cuando escuchen “si así no lo hicieren, el pueblo se los demande” sepan, que va de verdad.