Si lees, es más fácil poder ser escritor, destaca Fausto Franco Sosa

Su obra Sin códice, no hay culpable, está inspirada en algún lugar de la selva yucateca, donde mezcla temas como la ciencia, el conocimiento, la policía, la autoridad, la razón y el misterio, con valor local

Arqueólogo, maestro y ahora escritor, quizás ese no sea el orden de las actividades que realiza cotidianamente Fausto Franco Sosa.

Sin embargo, esos quehaceres le conforman una conversación inteligente, y  lo delata como un hombre del que se puede charlar de todo, y para, y por ello hay que planear la conversación con él, porque sostener una plática es como es como un documento con hipertexto.

Fausto te puede llevar a muchos lados, y justo cuando se va a llegar a una conclusión, aparece una liga que te transporta a otra  plática igual de rica y profunda, como la que se abandonó, y por eso Peninsular Punto Medio, le pidió que la Charla Con él se centrará en su faceta de escritor desde lo creativo y lo operativo.

Hablemos de tú faceta como escritor, ¿cómo empezó?

“Cuando comencé a dar clases en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), pues cuando eres profesor universitario se te recomienda que empieces a escribir artículos académicos, escribí en la revista de la universidad, y luego acabé de corrector en un periódico. En los tiempos muertos que tenía, escribía alguna nota de opinión que me publicaban en el periódico”.

La lectura, su aliada en el proceso de escritura…

“A mi siempre me ha gustado leer mucho, desde la secundaria, leía novelitas de vaqueros y luego novelas como Ana Karenina, yo me leía todo lo que tuviera letras hasta las recetas del médico y las notitas que vienen en las medicinas, lo que tuviera letras hay que leerlo. Entonces no se me hizo difícil escribir.

¿Cómo empezar a escribir?

“Yo conocí un periodista que me contó que se levantaba temprano, revisaba las noticias, hago mi nota, la envío a las agencias y ya tengo todo el día libre, y pensé: vivir así sería un “alucine”, pero no pude”.

Muchos años después del tiempo que relata Fausto, vino la pandemia “y fui ahí donde me di tiempo y el espacio para hacerlo”.

“No tenía idea de cómo hacerlo y tomé un curso en línea español sobre novela policíaca.”, comenta Franco.

Asimismo, la experiencia de aprendizaje llevó a Franco a diseñar la estructura, personaje y escenarios de lo que hoy es su primera novela: Sin códice, no hay culpable.

La obra está inspirada en algún lugar de la selva yucateca y un equipo de arqueólogos, donde la joya de la corona es un códice maya en perfecto estado de conservación, pero desaparece, y para encontrarlo Franco mezcla a la ciencia, la policía, el conocimiento, la autoridad, la razón y el misterio, en un formato de novela policíaca.

Entre lo más significativo es que un lugar lejano para escenificar sus letras, lo contextualiza en sus propias tierras yucatecas, lo que le da a su obra un valor regional, y a quien es oriundo de la Península, seguramente le va a ser más significativa la historia.

Ya con la novela lista y sin casa editorial en puerta, pero como un apasionado de la tecnología, Fausto ve en Amazon el medio para publicar, y lo hace siguiendo un estricto proceso editorial.

Por tal motivo, mandó su escrito a un corrector y a un diseñador gráfico, y aunque sabe que su novela es una obra que se perderá entre los cientos de títulos que oferta la plataforma, lo hace para compartir sus letras con conocidos y extraños, lo que lo  convierte en escritor.

“Para escribir como para leer hay que aislarse, concentrarse para que cada personaje esté en su lugar, para que cada acción que realice tenga un sentido coherente con la historia, escribir requiere un método, el arte necesita técnica”, expresó el autor.

Fausto Franco Sosa, está iniciando su carrera como escritor de novelas y nos regala una lección como el buen maestro que es: “escribir es una necesidad para llegar a otro nivel de conciencia, te lean o no”.

Texto y foto: Lorena González Boscó