La familia Gutiérrez tiene varias generaciones de maestros que han dado su vida por sus alumnos, siempre buscando la empatía y respeto por los demás
Proveniente de una familia de diferentes ramas genealógicas, tanto paterna como materna, hay maestros que se han caracterizado por su compromiso de motivar la superación personal entre los alumnos a través de la educación, la ahora maestra jubilada Marta Beatriz Gutiérrez González, destaca en la manera en la que gracias a esta profesión, ha tenido grandes satisfacciones, entre las que se destaca el saber que muchos de sus niños en la actualidad son hombres y mujeres de bien.
Tal es el caso de Romina, a quien conoció en Yaxcopoil, cuando impartía el segundo grado de educación primaria, quien se acercaba para decirle que quería seguir sus pasos y preguntaba insistentemente como era su labor.
“La recordaba mucho porque siempre tenía detalles cariñosos hacia mi, y así pasó el tiempo hasta que un día una hermosa enfermera me saludó en la segunda calle nueva, y me dijo que era Romina de Yaxcopoil. No llegó a ser maestra, pero en su profesión como jefa de enfermeras también ayuda a la gente, como siempre les he dicho a mis alumnos: hay que saber ayudar al prójimo en todo momento y necesidad”, dijo la maestra quien mucho de esta filosofía la tomó de su abuelo materno, Antonio González Ahumada y de su tío Sebastián Lugo Gamboa, a quienes desde niña veía realizar sus labores docentes.
“Ellos trabajaron en muchas poblaciones de Yucatán, fueron mi inspiración y sembraron el deseo de ayudar al pueblo a través de la educación, ellos me enseñaron que ese es el legado más grande que le podemos brindar a una persona”, subrayó
Su camino lo sigue con mucho esmero su hijo Sergio Nain Quiroz Gutiérrez, quien es bibliotecario en la escuela secundaria Técnica 53 de la comisaría de Cepeda en Halachó, mientras que en la familia hay una nieta y una sobrina que inspiradas en su labor, han orientado su interés en cursar la carrera docente, lo que para ella es motivo de orgullo.
“Vianey Sarahi Gomez Quiroz es mi nietecita, a ella le falta todavía tiempo para crecer y decidir, pero Michelle Díaz de la Vega Gutiérrez que es mi sobrina, y se está preparando para hacer su examen de admisión en la Normal Rodolfo Menéndez de la Peña, quiere ser maestra de preescolar”, destacó la maestra Marta, quien recordó que esta fue su alma mater.
“Mi generación fue la de 1980 a 1984, y al concluir concursé y gané una plaza en Veracruz, donde estuve hasta 1988, eran tiempos en los que todavía los papás no dejaban que sus hijos se fueran a otros lugares, pero eso me permitió conocer otras culturas y formas de vida”, dijo.
La maestra señala estar orgullosa de todo lo que realizó a través de 33 años de servicio, en donde para sacar adelante a sus hijos, no dudó en aceptar suplencias y contratos temporales cerca al lugar en el que estaba asignada.
“Eran tiempos muy difíciles, me levantaba a las cuatro de la mañana para ir a la escuela a dar clases y regresaba a casa solo para atender mis obligaciones como mamá y preparar la clase para el día siguiente, pero no me puedo quejar, porque en mi vida he tenido muchos aprendizajes y eso es lo que hay que agradecer”, puntualizó la entrevistada, quien aprovechó la oportunidad para hacer un reconocimiento en su dia a todos los docentes que pasaron momentos complicados para cumplir con su labor durante la pandemia, aún exponiendo su propia salud y adaptándose a nuevas necesidades como impartir sus clases a distancia.
Texto y fotos: Manuel Pool / Cortesía