Sin AMLO

Armando Escalante
Periodista y analista político

Circula en cadenas de mensajería un breve listado de cosas de lo que habría ocurrido o tal vez no, si López Obrador hubiera perdido por tercera vez. Se lo atribuyen a Coparmex, pero este organismo nada tiene que ver con el documento. Es un simple recuento de los daños elaborado por cualquier ciudadano con un poco de información. A continuación reseñamos parte del contenido de esa cadena:

1.- Estaría en operación el Nuevo Aeropuerto de Texcoco, uno de los 10 mejores y funcionales del mundo, 100% autofinanciado con bonos de deuda que se pagarían a través del Tarifa de uso de aeropuerto. Es decir, lo pagan los que viajen y no como ahora que vía impuestos lo pagamos todos. Lo utilices o no. Desde luego, no habría el fracaso de Santa Lucía.

2.- El Seguro Popular con todas sus limitaciones, le seguiría dando servicio a 53 millones de mexicanos. Con su cancelación, hoy más de 15 millones de ciudadanos no tienen acceso a servicios de salud. Sí era seguro y sí era popular.

3.- Las madres trabajadoras con hijos en las “Estancias Infantiles” que ordenó AMLO cerrar, no estarían sufriendo por encontrar un lugar en donde dejarlos para acudir a sus trabajos. Al cancelarse, muchas perdieron su empleo al no contar con quien dejar a sus hijos.

4.- El Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (Feip) que fue creado originalmente en el 2001 en el gobierno de Fox y que llegó a acumular más de 300 mil millones de pesos todavía tendría recursos. Con la 4T, desde antes de la pandemia, al Feip ya se le habían retirado más de 150,000 millones de pesos que nunca se aclaró en que se gastaron. Existiría el Fondem para apoyar de inmediato a miles de afectados por catástrofes.

5.- El absurdo Tren Maya no hubiera prosperado al carecer de estudios que garanticen una viabilidad económica y su correspondiente manifestación de Impacto Ambiental; millones de árboles no habrían sido talados, y las especies animales y vestigios arqueológicos de la zona, no estarían afectados o en riesgo, menos los cenotes que se habrían rellenando.

6.- La millonaria inversión de la Refinería de Dos Bocas sería canalizada a proyectos de energías limpias y renovables y la protección al monopolio de la CFE no pondría en riesgo el Tratado de Libre Comercio con EEUU y Canadá causando diferendos legales como los que ya tiene encima México por culpa del presidente.

7.- La pandemia nos hubiera tomado con un crecimiento del 2.3% que era la tendencia con Peña Nieto, en lugar del -0.1% que tuvimos con López Obrador. El efecto negativo en la economía sería mucho menor y muchas empresas habrían sobrevivido, y no se diga de las muertes que se pudieron haber evitado de haberse tomado en serio, estando en manos de un equipo de profesionales responsables en lugar de dejarla al cuidado de un inepto como López-Gatell que se porta sumiso y complaciente ante las ocurrencias del presidente.

8.- El saldo de la violencia y la inseguridad no estaría en niveles de más de 90,000 desaparecidos y 125,000 muertos por una estrategia fallida de “Abrazos y no balazos”.

9.- Los organismos autónomos seguirían siendo independientes del poder ejecutivo.. El Cenace, la CRE, el Banco de México, el Congreso, la Cndh, la Cofece, la Scjn, etc. no estarían subordinados a los caprichos del presidente. Y el INE no correría riesgo de desaparecer.

10.- La baja creación de empleos, los más de 15 millones de desempleados, los cuatro millones de nuevos pobres, los altos índices de corrupción, el desabasto de medicinas, la lenta aplicación de las vacunas, no estarían en la grave situación a la que se ha llegado con la 4T.

El xix.— Si Manuel López no estuviera en la presidencia, en Yucatán no habríamos resentido multimillonarios recortes presupuestales que ya no se revelan, hace rato que se habría repavimentado el anillo periférico, las plantas de electricidad de CFE si se estarían construyendo (no habrían tantos apagones), el astillero italiano estaría en marcha sin las trabas que le ponen, el parque de la plancha tendría recursos, se conocería el proyecto, y no sería manejado por el capricho del peje y sus militares; el dinero bueno sería para más obras y no tendriamos que haber pedido un préstamo hasta para repavimentar calles.