Siniestros viales cobran vidas

El especialista René Flores Ayora recomienda bajar la velocidad a 30 km/h en calles y avenidas para reducir las muertes de ciclistas y motociclistas, cuyo promedio es de 2.09 al día

Debido al exceso de velocidad, cansancio y conducir alcoholizado, el promedio de motociclistas y pedalistas muertos es de 2.09 al día, lo que debe encender los focos rojos en general, destacó el ingeniero vial René Flores Ayora.

El experto exhortó a los conductores de vehículos ligeros a respetar los límites de velocidad, usar un casco certificado DOT, acrónimo del Departamento de Tránsito de Estados Unidos (Department Of Transportation), y conducir en sus cinco sentidos.

Consideró que el citado indicador de fallecimientos es alarmante. El pasado fin de semana tres personas murieron a consecuencia de siniestros: un ciclista en la carretera Mérida-Campeche, un peatón en Tixcacal- Opichén y un motociclista en la vía Temax- Buctzotz.

Flores Ayora indicó que en lo que va de este año se han registrado 22 muertos, de los que 13 son motociclistas, lo que representa un 60%; seis peatones, un 28%; un ciclista, un chofer y un pasajero (1%).

Dijo que el 73 por ciento de los accidentes ocurrió en el interior del estado y el resto en Mérida.

El entrevistado señaló que los motociclistas deben utilizar un casco certificado, ya que está a prueba de impactos (como golpes contra un muro, árbol o banqueta), lo que le permitirá salvarse tras un choque.

“Los motociclistas deben reflexionar y darse cuenta de que aunque este equipo cuesta de 800 a mil pesos, puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, pero la mayoría de la gente prefiere comprar un casco patito, que al momento de un accidente suele salir disparado”, indicó.

Consideró que los reporteros, cuando cubran la noticia de un accidente de un motociclista, deberían apuntar si el conductor tenía un casco certificado o no.

De igual forma, comentó que los principales factores de los accidentes de tránsito son: beber alcohol, manejar cansado, a exceso de velocidad y cometiendo imprudencias.

“Los conductores deben estar sobrios; haber bebido seis cervezas, por ejemplo, significa que no tienen sus reflejos al cien por ciento. No hay que olvidar que hay perros callejeros que tendrán que esquivar, baches y aceite, que pueden propiciar que derrapen y en ocasiones, cuando esto sucede, lo primero que pasa es que el casco sale disparado”, explicó.

Flores Ayora recomendó bajar la velocidad a 30 kilómetros por hora en calles y avenidas.

Asimismo, recordó que las motocicletas no deben subir a los puentes, sino transitar en las vías alternas.

En los últimos años, los accidentes en motocicleta en México han aumentado un 23.9 por ciento entre 2016 y 2020.

En ese periodo ocurrieron 180 mil 316 percances, un promedio de 98 cada 24 horas, de acuerdo con datos de la Estadística de Accidentes de Tránsito Terrestre en Zonas Urbanas y Suburbanas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

El saldo de los choques fue de dos mil 892 personas que perdieron la vida, de las cuales ocho de cada 10 conducían la motocicleta; sin embargo, también murieron pasajeros, peatones e incluso ciclistas.

El experto vial señaló que los principales factores que propician los accidentes viales son el alcohol, utilizar el celular mientras se conduce (hablar por teléfono, textear), así como no utilizar el cinturón de seguridad.

Explicó que en caso de que un vehículo dé una voltereta, quienes no tengan puesto el cinturón de seguridad, se impactarán contra los demás ocupantes de la unidad como si fueran bolas de billar.

Dijo que esto sucede con los autobuses foráneos, ya que los asientos no suelen tener cinturones de seguridad.

Hace unos años, a las unidades de transporte se les exigió que los asientos contaran con cinturones de seguridad, pero los propietarios se opusieron, ya que, afirmaron, representaba un gasto, aunque cuando posteriormente se colocaron, la mayoría de los usuarios no los utilizaba.

“El transportista debe presionar y no arrancar hasta que todos los pasajeros se hayan puesto el cinturón de seguridad”, manifestó.

Un ciclista con cataratas

Con 75 años de edad y un padecimiento de cataratas, Benito Castillo Rubio diariamente se traslada en bicicleta desde su casa en Tanlum hasta a un costado de la Escuela Secundaria No. 1, donde labora de “franelero”.

“Me han atropellado 35 veces, pero afortunadamente ninguna vez me han fracturado, sólo raspones”, relató, mientras muestra una pequeña cicatriz.

Señaló que se traslada en bicicleta a su trabajo desde que era joven y aunque ha tenido muchos accidentes siempre le ha sucedido estando sobrio. “Tomo, pero sólo cuando estaba joven manejaba bicicleta borracho, luego opté por no conducir cuando tomaba”, contó.

Como se sabe, el Gobierno del Estado construyó más de 71 kilómetros de ciclovías en diversos puntos de Mérida, pues una movilidad segura, eficiente y sustentable es un derecho constitucional de todos los mexicanos. Es lo que fomenta el uso de la bicicleta, que significa ejercicio, con lo que se busca combatir el sedentarismo, que propicia hipertensión, diabetes u obesidad.

Benito Castillo manifestó que antes fue albañil y reparó tanques en una gasera, pero que “nunca falta un compañero que te invita a tomar”.

Dijo que de franelero sólo tiene 10 años trabajando y se dedicó a este oficio porque su amigo Mateo Ventura lo invitó, ya que en ese lugar se requería uno.

Este trabajo le quedó como anillo al dedo a Benito Castillo, pues en esa esquina no se estacionan tantos automóviles. A mitad de la banqueta hay un árbol donde él tiene una silla que diario encomienda cuando termina de trabajar.

Señaló que de su casa a su trabajo tarda 40 minutos. “Voy despacio y por ratos descanso, pero en camión, aunque me cobrarían poco, creo que tendría que salir dos horas antes. Casi no utilizo el autobús”, dijo mientras se ponía gotas en sus ojos, debido a sus cataratas, padecimiento del cual el médico, aseguró, le señaló que no requiere operación.

Texto y fotos: Darwin Ail