Por César Espadas
Competir en divisiones inferiores no es facil, si lo haces en el Ascenso MX lo tormentoso se eleva exponencialmente tanto para jugadores, directivos, y aficionados. El sueño de ascender al máximo circuito puede ser una dura odisea que implica complicaciones como son traslados en autobús, bajos sueldos, infraestructura de baja calidad, poco apoyo en las gradas, etc.
Las butacas del enigmático estadio Carlos Iturralde Rivero han regresado a tener altos números de aficionados que asisten ilusionados porque los Venados FC Yucatán están de regreso en la Liguilla después de varios años de fracasos. Lo que inicialmente arrancó como un torneo en el que el objetivo era evitar el descenso, se convirtió en una agradable realidad.
La directiva astada le confió la dirección deportiva del club a Luis Miguel Salvador quien a su vez, trajo como director técnico a Sergio Orduña y los resultados se han dado al punto de estar instalados entre los 4 mejores de este torneo. A pesar de que el club no tiene la certificación para ascender a primera división, los jugadores se encuentran ilusionados con ganar el campeonato.
Con gente como Armando Navarrete, Aldo Polo, Franco Faría y Alfonso Tamay, los Venados esperan que este torneo sirva como preámbulo de una posible certificación para que a partir de la siguiente temporada, el sueño de la afición yucateca de tener equipo de primera, se comience a materializar. Por lo pronto, este año solo se podría obtener el premio económico en caso de ganar el hipotético juego por el ascenso.
