El operativo de seguridad que se impuso en la concentración del Tri previo al juego de mañana es uno de los más fuertes que se recuerde en muchos años, respecto a los lugares por donde ha estado
Sumiya es un auténtico bunker para resguardar a la Selección Mexicana. El operativo de seguridad es notable alrededor del Tri. No hay lugar alguno en el que no esté cuidado el equipo o alguno de sus integrantes. No importa si es en el hotel de concentración, en el estadio Centenario o incluso el trayecto entre estos dos puntos.
Dentro del hotel, por ejemplo, hay zonas restringidas para los propios huéspedes que no sean parte de la comitiva del Tri. Quien se queda en ese lugar, necesita autorización para acceder a las zonas comunes donde pueden estar jugadores o cuerpo técnico. Se les cuida en todo momento.
Incluso para llegar al hotel, hay dos filtros de seguridad para acceder a él. En ellos se pregunta por la reservación que se tiene o incluso las llaves de acceso. Si no se tiene alguna de las dos, no hay manera de entrar. De hecho, tampoco sirve decir que está reservado el restaurante del lugar.
Ya en el estadio, hay policía municipal que todo el tiempo está al pendiente del combinado nacional, ya sea dentro o fuera del mismo. Además del cuerpo policíaco, también se considera la seguridad privada que trae el equipo con sus elementos que los acompañan a todas partes.
De lo que se cuida es de los aficionados que tienen acceso a las gradas en busca de unas firmas o fotografías, así como de quienes se acercan a los jugadores. No se permite mucho contacto con los futbolistas, que tienen solo unos minutos para dar algunos autógrafos.
El aislamiento del Tri en Cuernavaca es total. El deseo es tener alejados a los jugadores de todos los reflectores y que se concentren solamente en el partido de eliminatorias de mañana frente a Panamá en el Estadio Azteca. -Texto y foto: Agencia