Taquería y marisquería Kanasín, por décadas en la calle Ancha del Bazar

La carne asada, el castacan, los lomitos, el queso relleno, el camarón empanizado y pulpo en su tinta, son algunos de los guisos que se preparan para el gusto de todos sus clientes 

Anita Uicab estaba por cumplir apenas sus 15 años cuando comenzó a ayudar en labores de limpieza en la “Taquería y Coctelería Kanasín, de Don Willy”, y es por eso que se considera como una hija adoptiva de la familia Herrera.

En una de las paredes del local ubicado precisamente en un pasillo contiguo al famoso edificio conocido como “Las Tres Caras”, en la calle 65, casi en la esquina con la 67, un lugar donde siempre hay numerosa clientela que disfrutan de un menú integrado por tortas de carne asada y de marisco además de ceviches.

En las paredes del local está una antigua foto donde se observa a Don Aquileo Herrera, quien llegaba desde Kanasín para instalarse con su mesa y una vidriera, a la puerta de una de una cantina, actualmente desaparecida.

Anita dice que la foto data del año de 1945, imagen que muestra el punto de partida de la actual Taquería y Coctelería Kanasín, que hoy es todo un referente de la buena comida en el Centro Histórico de la capital yucateca.

En la actualidad muchos clientes recuerdan que cuando eran niños venían con sus papás o sus abuelos y mientras entraban a disfrutar de sus cervezas, a ellos, los dejaban comiendo sus taquitos en la puerta con Don Aquileo.

En ese entonces el señor, quien era originario de Kanasín, al igual que todos sus descendientes, cocinaba pezuñas, chicharra, morcilla, pajarilla y hasta sesos en taquitos, menú que con el paso del tiempo fue cambiando, como cuando William Herrera y su esposa Elia Duarte Pacheco tomaron las riendas del negocio y modificaron completamente el menú.

La carne asada o empanizada, el castacan, los lomitos, el queso relleno, además, el camarón empanizado, camarón a la vinagreta, cherna a la mayonesa, pechuga parmesana, pulpo en salpicón y pulpo en su tinta, son de los platillos que se pueden degustar en este local que abre desde las 7:30 horas y qué concluye actividades poco antes de las 15 horas. 

En la actualidad tanto Don William como su esposa Elia por cuestiones de edad decidieron dejar las riendas del negocio en manos de alguien de confianza y qué mejor que las de Anita y su esposo César, quienes se organizan desde muy temprano para preparar la comida y trasladarla desde Kanasín hasta el mercado, así como para realizar los diversos trámites que se requieren a lo largo del día.

Después de que Ana estuvo ayudando en la limpieza del local y luego como cocinera por muchos años, finalmente se le dio la oportunidad y los dueños del local le propusieron encargarse del mismo, así es que el cambio no se notó en cuanto al sabor de la comida, ya que sigue teniendo el mismo sazón de siempre.

Vale la pena destacar que hay muchos lugares similares a lo largo de la calle 65, conocida también como la calle de las piñatas, pero el puesto de Kanasín, de Don Willy, siempre está lleno y la gente dice que el sabor es lo que hace la diferencia y los precios son bastante accesibles, ya que una torta de marisco que normalmente se vende entre 50 y 55 pesos en otros lugares, aquí cuesta 40 pesos y una torta de carne 30 pesos.

El trabajo sin duda es muy fuerte porque tanto Anita como su esposo comienzan a laborar desde las 4:30 horas, para preparar todos para después inician su traslado hasta el mercado donde concluyen sus actividades hasta las 15 horas.

Texto y fotos: Manuel Pool