La falla de San Andrés ha sido la más temida por los californianos luego del gran terremoto que se registró en 1906 y que causó una gran destrucción de la ciudad de San Francisco.
Luego del sismo que se registró el pasado jueves en California, revivió el fantasma de la teoría de un megaterremoto por la falla de San Andrés, que se encuentra a lo largo de mil 300 kilómetros, despertando el temor en los habitantes de la costa oeste de Estados Unidos.
Ahora el director del Centro Sísmico del Sur de California, Thomas Jordan, advierte que la falla está “cargada y lista para temblar”, esto tras 159 años de aparente tranquilidad.
Jordan hizo referencia al gran terremoto en el sur de California en 1857. Un temblor de 7.9 grados en la escala de Ritcher, tras 159 años de aparente tranquilidad, para Thomas, se acerca la hora de un gran terremoto.
De acuerdo con un informe del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) en 2008, se alertó sobre un sismo de magnitud 7.8 grados con origen en la región sur de la falla de San Andrés, que podría causar más de 1,800 muertes, 50,000 heridos y 200,000 millones de dólares en daños.
“La información con la que trabajamos los científicos indica que el extremo sur de la falla de San Andrés es en la que es más probable que se produzca un gran terremoto en los próximo 30 años”, señaló Jennifer Andrews, sismóloga del Instituto de Tecnología de California (Caltech).
El mayor riesgo se encuentra al extremo sur de la falla puesto que han pasado 300 años en los que no ha tenido movimiento a pesar de que los registros previos indican que cada 150 años surge actividad sísmica. Esto indica que hay una acumulación de energía que, al momento de liberarse, podría desatar uno de los terremotos más destructores de la historia.
SIN VÍCTIMAS
California respiró ayer con alivio tras comprobar que el fuerte temblor que sacudió el jueves el sur del estado no dejó víctimas, aunque las autoridades continúan trabajando para evaluar y reparar los daños materiales que sobre todo afectaron a la zona más cercana al epicentro del sismo.
El temblor de magnitud 6.4 en la escala abierta de Richter se originó en los alrededores de Ridgecrest, una localidad situada unos 250 kilómetros al norte de Los Ángeles, pero su intensidad hizo que millones de personas lo sintieran en la ciudad angelina y que incluso fuera percibido por los habitantes de los estados vecinos de Nevada y Arizona.
Conocido ya popularmente como “el terremoto del 4 de julio” por haber coincidido con la jornada festiva del Día de la Independencia, este temblor es uno de los más importantes que han afectado en las últimas décadas a California, un estado con una elevada actividad sísmica y que está atravesado por la falla de San Andrés, entre otras.
Cientos de réplicas, muchas de ellas de escasa magnitud, se han registrado en las últimas horas en California. La más importante hasta ahora se dio ayer a las 4:07 hora local con un temblor de magnitud 5.4.
“Continuamos monitorizando las réplicas con la Oficina de Servicios de Emergencia para el temblor en el condado de Kern. Estoy agradecido de que todos estén trabajando para apoyar a las comunidades afectadas sobre el terreno”, dijo el viernes el gobernador californiano, Gavin Newsom, en Twitter.
La máxima autoridad de California declaró ayer el estado de emergencia para facilitar las labores de ayuda.
Texto y foto: Agencias/EFE